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Sin las visitas de artistas reconocidos ni los espectáculos de gran envergadura, los festejos siempre supieron cautivar la atención de los pilarenses. 30 años atrás, las bandas municipales y el pueblo se convertían en protagonistas de un relato que se enriquece con el tiempo.
Los festejos patronales de 1984 se desarrollaron en la Plaza 12 de Octubre colmada, como todos los años de pilarenses emocionados por el vernáculo evento que con el pasar del tiempo sigue sumando felices capítulos al gran libro de la historia local.
Los actos principales fueron encabezados por el intendente Luis Lagomarsino acompañado, en el caso del Día de la Raza, por sus pares de General Rodríguez y Escobar, Juan Lumbreras y Oscar Larghi.
En la mañana del 12 de octubre, tras las ruidosas manifestaciones de júbilo, actuó en la plaza la banda municipal juvenil a cargo del profesor Romero, oficiándose misa en el templo parroquial, con asistencia del jefe comunal y colaboradores.
En las primeras horas de la tarde hubo competencias deportivas y a partir de las 18 se realizó la solemne procesión que se desplazó con la imagen de la Virgen desde la Iglesia, atravesando Lorenzo López, San Martín, Pedro Lagrave, Rivadavia para retornar a la sagrada figura de nuevo a la santa sede.
La actuación de los de nuestra ciudad y de la Escuela de Enseñanza Media Nº 1 de Tortuguitas, así como las de las agrupaciones de Campana, Luján y General Rodríguez, en el adecuado marco de la nave parroquial de la parroquia desde donde se trasladaron hacia el palco oficial.
La jornada culminó con la presentación de números artísticos. En este sentido participaron numerosos alumnos de la Escuela Municipal de Danzas Folklóricas, de reciente creación y dirigida por el profesor Juan Carlos Lucero, ataviados a la usanza criolla, recibieron cálidas expresiones de adhesión que se prolongaron al paso del desfile de jinetes.
Durante los festivos días también se llevaron a cabo diversas actividades de índole cultural y artística que fueron sellados con la tradicional elección de la Reina de Pilar y con las palabras del Intendente.
De esta manera, a pesar de que los años pasen, las Patronales son una memoria de nuestro pueblo que se refuerza con los años y que amolda recuerdos comunes y a la vez distintos para todos los pilarenses. Son, entonces, una oportunidad para el encuentro y un nuevo ladrillo que aporta a la construcción de la identidad colectiva que cada vez es más heterogénea.
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