Viernes 22 de Noviembre de 2024

La vocación de cuidar de los enfermos tanto como a uno mismo


  • Sábado 22 de Noviembre de 2014
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Maria Ester Montero es enfermera hace 34 años en el Hospital Central Juan Cirilo Sanguinetti, mientras que Hugo Vieyra lo es desde hace 21. Ambos simbolizan el compromiso de asistir a los más necesitados. El 21 de noviembre de 1935, el ministerio de Salud de la Nación instituyó el Día de la Enfermería, en coincidencia con la festividad de Nuestra Señora de los Remedios, considerada patrona de la actividad. A modo de reconocer esta valerosa profesión, Resumen tomó como ejemplos a dos enfermeros recibidos en la Escuela Profesional de Enfermería de la Municipalidad de Pilar, que hoy funciona en una dependencia del Hospital Pediátrico Federico Falcón de Del Viso. María Ester Montero hace 34 años que presta servicios en el Hospital Juan Cirilo Sanguinetti de Pilar. “Hice el curso de enfermería en el Hospital y me recibí en 1980. Fuimos la segunda promoción de la escuela y una vez recibida entré inmediatamente al Hospital de Pilar”, contó la veterana enfermera en el programa “La Mañana de Resumen”, de FM Del Sol. En cuanto a sus consejos a los enfermeros nuevos que ingresan, María Ester es muy concreta en lo que les dice. “Mi consejo es que tomen la profesión como un mandato de amor al prójimo, dedicación y por sobre todo que encaren la actividad con mucha paciencia”, apuntó la enfermera. Por su parte, Hugo Alfredo Vieyra desarrolla esta vocación desde hace 21 años. Vecino muy conocido de Presidente Derqui, estuvo en varios sectores y hoy trabaja en el área de Atención Primaria. “Puedo decir sin equivocarme que la enfermería es mucho más que una profesión, porque en mi caso estoy cumpliendo con una verdadera vocación, como la tienen muchos de mis compañeras y compañeros. Uno es enfermero las 24 horas del día, no solamente durante el turno de trabajo que le toca cumplir”, expresó con orgullo. Vieyra ha conformado una verdadera familia de enfermeros, ya que su hija Celia y su pareja Esther también trabajan en el sistema de salud municipal. “Mi hija se recibió un año después que yo, así que puedo decir que empezamos juntos en esto. No cualquiera puede ser enfermero”. Sin embargo, el enfermero reconoce que su vocación por la enfermería es casi una obsesión. “Siempre recuerdo que cuando mis hijos eran chicos me cuestionaban que mis días francos antes de sacarlos a pasear, tenía que pasar por el Hospital a visitar a mis compañeros. Hoy sigo haciendo lo mismo y han pasado más de 20 años”.

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