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El presidente de SCIPA, Daniel Castro, no vio con buenos ojos la inminente entrada en vigencia del libro de quejas en los negocios locales. "No nos aponemos sino que estamos pidiendo una prórroga para concientizar al comerciante", aseguró.
El presidente de la Cámara de Comercio (SCIPA), Daniel Castro, expresó su disconformidad ante la próxima entrada en vigencia del libro de quejas en todos los comercios que cuenten con atención al cliente en Pilar. La medida, impulsada por la Dirección General de Defensa al Consumidor, se implementará a partir del 1° de septiembre.
“En función de los reclamos que nos llegaron a la Comisión Directiva, nosotros hemos elevado el reclamo para que haya una prórroga de la entrada en vigencia”, dijo Daniel Castro a La Mañana de Resumen (FM del Sol 91.5). “Falta que desde el Municipio respondan por sí o por no”, contó.
La Cámara de Comercio había iniciado un expediente dirigido al intendente Humberto Zúccaro a mediados del mes de julio en el cual ya solicitaba la prórroga de la entrada en vigencia de la medida.
“Nosotros queremos que entre en vigencia en enero del año que viene, tampoco es muy largo el plazo”, dijo.
La extensión de tiempo pedida, según Castro, sería un periodo temporal necesario para que se difundan apropiadamente cuáles son los derechos y obligaciones tanto para los comerciantes como para los consumidores.
“Porque la gente te puede llegar a pedir el libro de quejas por cualquier cuestión que quizás no tiene nada que ver con una cuestión comercial, cuando no están claros los derechos y obligaciones”, explicó el presidente de la Cámara de Comercio.
“Porque capaz viene una persona que dice ‘no me dijo buen día o buenas tardes, deme el libro de quejas porque usted es un maleducado’”, agregó.
Además, sostuvo que esta prórroga le va a convenir también a aquellos comerciantes cuyo negocio es familiar y no tienen suficiente presupuesto para contratar empleados. Ya que de hacerse en los próximos días tendrían que cerrar el negocio un día para ir a que les rubriquen el libro. “Son inconvenientes que deberían compensarse”, dijo Castro.
No obstante, también aclaró que “la Cámara no es que se opone sino que estamos pidiendo una prórroga para concientizar al comerciante y al consumidor de cuáles son los derechos y obligaciones ante un conflicto determinado”.
La intención de la Cámara de Comercio es que los reclamos que se consignen en el libro de quejas estén encuadrados también en la normativa. De esta forma se prevendrían males mayores y perjuicios económicos del comerciante “que debería contratar un abogado para contestar un reclamo, que te dan cinco días para responderlo”.
Según Castro, el gasto de la contratación y los costos de honorarios de un letrado no se justifican ante cualquier tipo de reclamo. Porque si el tema continúa y se eleva a Defensa del Consumidor para dirimir el conflicto, “también sería conveniente ir con un abogado para evitar males mayores”.
“Podés estar hablando de un producto que costó solo 20 pesos y te van a salir más caros los honorarios que el producto”, finalizó.
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