El espacio es gratuito, depende de la subsecretaría de Deportes local y cuenta con cuatro sedes. Apunta a chicos de 7 a 18 años y la dirigen Ángeles Sinigaglia y Marcelo Guerrero. “Cumplimos una doble tarea, deportiva y social, y estamos my satisfechos”, dijeron.
Parece que fue ayer pero han pasado más de dos décadas desde que Aldo Carabajal comenzó a trabajar con los chicos del barrio Carabassa y luego extendió su labor a la zona de Villa Rosa. Desde entonces el sóftbol se ha convertido en un deporte que eligen muchos chicos del distrito, especialmente también a partir de la práctica que se desarrolla en el ámbito escolar.
Poco después de su irrupción, la disciplina comenzó a contar con apoyo desde la Comuna, que poco tiempo después dispuso la creación de la Escuela Municipal de Sóftbol. Hoy con 21 años, ese espacio es uno de los más antiguos de la grilla junto a las de Básquet y Voley.
En este 2015, la escuela, que es gratuita y depende de la subsecretaría de Deportes local, no solo sigue vigente sino que se ha potenciado y amplió su radio de acción, buscando acercarse a la mayoría de los barrios y localidades del partido.
Durante esta temporada el trabajo se repartirá en cuatro sedes: Manzanares, Villa Rosa y el Instituto “Carlos Pellegrini”, convertido en uno de los sitios emblemáticos del Sóftbol de Buenos Aires.
La escuela, en distintos horarios y en sus diferentes locaciones, tiene actividades todos los días de la semana a excepción de los viernes y domingo, y recibe a varones y mujeres de 7 a 18 años, aproximadamente.
“Cumplimos una doble tarea, deportiva y social. En cuanto a lo deportivo estamos muy conformes con el rendimiento de los chicos en los entrenamientos y en los partidos que se organizan a modo de encuentros con otros clubes y escuelas. Además, estamos viendo la chance de volver a sumarnos al proyecto “Menores en Acción” de la Asociación de Sóftbol de Buenos Aires”, apuntó María de los Ángeles Sinigaglia, una de las docentes del espacio.
“La idea es trabajar con los menores para volver a participar de los encuentros de la Asociación de Sóftbol de Buenos Aires (ASBA) ya que además, una de las sedes elegidas para ese proyecto es la de Pilar”, sumó Aldo Carabajal, impulsor de la disciplina en el distrito y hoy director de Deportes municipal.
Carabajal explicó que “en las escuelas hay sóftbol, sobre todo las que tienen espacio verde, allí hacen pre deportivos de sóftbol e iniciación al deporte y nosotros en la Escuela Municipal les brindamos la posibilidad de conocer el deporte, desarrollarlo y que puedan continuar en los grupos de competencia hasta la Primera división por lo que la pirámide está completa”.
En el barrio Carabassa, la Escuela Municipal de Sóftbol trabaja los lunes y miércoles de 13 a 14.30 a las órdenes de Marcelo Guerrero, quien también coordina la sede Villa Rosa, que funciona los martes y jueves de 15 a 17 en la Escuela Nº 34.
Por su parte, “Machan” Sinigaglia está al frente de las prácticas que se llevan a cabo en el predio de la estación de trenes de Manzanares los martes y jueves 14 a 16 y junto a Guerrero conducen los entrenamientos en la sede del “Pellegrini” los sábados de 9 a 15.
Sin torneos
Por segundo año consecutivo y a pesar de que varias disciplinas han retornado al programa, el Sóftbol seguirá viendo los Juegos “BA” desde afuera por una cuestión económica. Y para Carabajal, esta situación es un golpe duro para el deporte: “El softbol fue furor a nivel provincial en su momento y que haya salido del esquema de los Juegos nos afectó muchísimo”.
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