Viernes 06 de Junio de 2025

Invierno y enfermedades respiratorias: cómo prevenir y actuar ante los cuadros más frecuentes

Las enfermedades respiratorias se intensifican y elevan las consultas médicas, especialmente entre niños y adultos mayores. Resfríos, gripes, bronquitis, bronquiolitis y neumonías se vuelven más frecuentes debido a la circulación de virus y bacterias en ambientes fríos y cerrados.


  • Jueves 05 de Junio de 2025
Invierno enfermedades

Con la llegada del invierno, aumentan de forma significativa las consultas médicas por enfermedades respiratorias, entre las que se destacan resfríos, gripes, bronquitis, bronquiolitis, faringitis y neumonías. Aunque el frío no es el causante directo de estas patologías, sí favorece su propagación al generar un entorno propicio para la circulación de virus y bacterias, especialmente en espacios cerrados y poco ventilados.

“La exposición prolongada a bajas temperaturas puede debilitar las defensas del organismo y reducir la respuesta inmunológica, aumentando así el riesgo de enfermarse. Los grupos más vulnerables son los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 65”, explicó la Dra. Valeria El Haj, directora médica nacional de Ospedyc.

En 2024, Argentina registró cifras elevadas de enfermedades respiratorias: más de 1.200.000 casos de Enfermedades Tipo Influenza (ETI), más de 176.000 casos de neumonía y casi 184.000 casos de bronquiolitis en menores de dos años. En ese marco, el Ministerio de Salud de la Nación impulsa la Campaña de Invierno 2025, con foco en la prevención y tratamiento de infecciones respiratorias en la infancia.

Muchas de las enfermedades que circulan durante el invierno comparten síntomas similares, por lo que es fundamental poder diferenciarlas para iniciar un tratamiento adecuado y evitar complicaciones.

La gripe, causada por los virus de influenza A y B, se transmite con facilidad a través de pequeñas gotas que pueden permanecer en el aire durante horas, especialmente en ambientes fríos y sin ventilación. Se manifiesta con fiebre súbita, tos seca, dolores musculares, de garganta y cabeza, malestar general y secreción nasal. Si bien suele resolverse en aproximadamente una semana con reposo e hidratación, en personas embarazadas, niños pequeños, adultos mayores y pacientes inmunocomprometidos, puede derivar en cuadros graves como la neumonía. Por eso, se recomienda la vacunación anual en los grupos de riesgo.

El resfrío común también es muy frecuente, causado por distintos virus. Tiene una evolución leve y sus síntomas suelen incluir congestión nasal, irritación de garganta, estornudos, tos y fiebre baja. No requiere tratamiento específico más allá de los cuidados generales. La faringitis, por su parte, se presenta con dolor de garganta más intenso, fiebre y ganglios inflamados.

La bronquitis también incrementa su incidencia durante el invierno, ya sea en forma aguda o como exacerbación de cuadros crónicos. Sus síntomas incluyen tos persistente con expectoración, fiebre, fatiga, dolor torácico y dificultad para respirar. En los bebés, la bronquiolitis —una de las enfermedades más temidas en esta época— es causada principalmente por el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), que provoca inflamación de los bronquiolos y puede generar complicaciones serias. Desde 2024, el sistema de salud nacional incorporó una vacuna contra el VSR que se aplica a personas gestantes entre las semanas 32 y 36 de embarazo, protegiendo así a los recién nacidos en sus primeros meses de vida.

La neumonía, tanto de origen viral como bacteriano, continúa siendo una de las principales causas de hospitalización y mortalidad en adultos mayores. Sus síntomas abarcan fiebre, tos, dolor de cabeza, dificultad para respirar y pérdida de apetito. En Argentina se disponen vacunas específicas contra el neumococo (Prevenar 13 y Pneumo 23), que pueden aplicarse junto con la antigripal.

Otra afección a tener en cuenta es la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), vinculada principalmente al tabaquismo. Durante el invierno, esta patología presenta episodios de reagudización con síntomas como tos crónica, falta de aire, silbidos respiratorios y presión en el pecho. Además, los pacientes con EPOC son más propensos a contraer otras infecciones respiratorias.

Evitar la automedicación y fortalecer los hábitos de prevención

Ante la aparición de síntomas respiratorios, es común que muchas personas recurran a la automedicación, lo que puede resultar riesgoso. En particular, el uso indiscriminado de antibióticos en infecciones virales no solo es ineficaz, sino que también contribuye al desarrollo de resistencias bacterianas. Por ello, se recomienda siempre consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Para reducir el riesgo de contagio, es clave adoptar hábitos preventivos sencillos pero eficaces:

Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón.

Cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, preferentemente con el pliegue del codo.

Ventilar diariamente los ambientes, incluso en días fríos.

Limpiar y desinfectar superficies de uso frecuente.

Evitar compartir utensilios personales y enseñar estas prácticas a los niños.

“Con cuidados simples, prevención y responsabilidad, es posible atravesar esta temporada con mayor salud y bienestar”, concluyó la Dra. El Haj.

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