El pilarense extendió su viaje de dos meses por Argentina a un año y medio por toda Sudamérica a bordo de su moto. Además, aseguró que si tiene la posibilidad se instalaría en otro país.
Hace un año y medio, Hernán Cruzado decidió emprender un viaje desde su casa en Villa Morra con el objetivo de recorrer los países de América del Sur a bordo de su moto, una Yamaha YBR 125.
De esta manera, su viaje estaba planeado para tan solo dos meses por Argentina, pero al finalizar el tiempo el motociclista decidió continuar con su sueño de conocer más. Al respecto, y en diálogo con Resumen, Cruzado contó porqué tomó la decisión de extender su travesía hacia toda Latinoamérica.
“Nunca había viajado. Había hecho uno corto a Rosario para probar una moto, y en ese momento me dieron ganas de viajar. No fue un viaje planeado, se fue dando todo en el momento. Quería realizar un viaje chico de dos meses hasta el nordeste de Misiones, en donde me quede en las Cataratas del Iguazú, pero mi sueño era conocer Río de Janeiro”, comentó.
Asimismo, su travesía comenzó por Brasil pasando por Capanema, Guarapuava, Curitiba, Paranaguá, Peruibe, Itapeva, Capao Bonito, Itajubia, San Pablo, Angra Dos Reis, Río de Janeiro, Cabo Frío, Buzios, Sana Las Sierras, Macae, Porto Seguro, Trancozo, Ilheus, Salvador de Bahía, Fortaleza, Natal, Sao Luis y Belén.
Atravesó el Amazonas en barco hasta Manaos, donde recorrió partes de la planta de Yamaha. Sin descanso, cruzó a Venezuela y pasó por Colombia, Ecuador, Perú, finalizando su recorrido en Bolivia.
En cuanto a inconvenientes en el pase de fronteras, el joven aseguró: “tuve complicaciones porque me quede más tiempo en Brasil, donde me quedé ocho meses aproximadamente, por lo que se me complicó un poco con la estadía ya que solo te dan 180 días. Uno puede prorrogar, pero llega un momento en el que tenés que salir del país, y yo no podía porque todavía estaba viajando adentro con la moto, pero fue solo una multa. Sin embargo, la gente me trató muy bien”.
Además, informó como fue que hizo para subsistir durante los 18 meses en el exterior. “A donde más me quedé fue en Brasil, y el viaje me lo sustentaba yo mismo, a cada lugar que iba trataba de conseguir un trabajo. Al principio arranqué trabajando en los bares, después en cocina, además aprendí a ser barman y artesanías”.
“Luego conocí a unos motociclistas que son una familia muy grande que está en todo el mundo, y como vieron que venía viajando en este medio me dieron una fuerza muy grande, además me brindaron su casa y todo lo que me podían ofrecer. En Venezuela fueron tres meses, en Perú dos meses, mientras que en Colombia, Ecuador y Bolivia fue un mes en cada país”, aseguró.
No obstante, Cruzado no solo usó su moto, sino que debió utilizar otros medios para continuar con el viaje. “Crucé en un barco desde el Amazonas hasta Manaos, el pasaje me lo regalaron unos motociclistas”, indicó.
“Tenía una única ruta que era seguir por el río yendo a Perú, o continuar en ruta por asfalto a Venezuela, estaba a 1800 kilómetros de las playas del mar Caribe, así que aproveché y pasé por la Gran Sabana, un parque nacional que está entre Brasil y Venezuela, y de ahí subí hasta la costa cerca de la Isla Margarita”, manifestó.
Por otra parte, luego del trayecto, el pilarense analizó la idea de vivir en el exterior. “Me gustaría, pero como siempre volvería para visitar a la familia. Llega un momento en el que empezás a sentirte en casa en cualquier lado, pero no habría ningún problema si me tuviese que ir. Mis papás al principio daban vueltas diciéndome que era peligroso, pero después terminaron dándome el apoyo. Finalmente arranqué y no volví más”, aseguró.
“Cuando salí desde mi casa, después de un año, me di cuenta que ya no era el mismo, estaba dejando la vida que tenía acá, el viaje te va dando tantas vueltas, con gente nueva, culturas y estilos de vida diferentes. Estoy feliz de haber hecho el viaje”, concluyó.
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