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Fueron alertados cerca de las 3 de la mañana por radio y se dirigieron a la vivienda del barrio San Jorge. La ambulancia tardó más de media hora en llegar, por lo que los efectivos asistieron a la mujer en el nacimiento de su hija.
Una vez más, los miembros del móvil 45 de la Guardia Urbana de Pilar fueron héroes, esta vez, para una mujer en el barrio San Jorge cerca de las 3 de la mañana del domingo. Cuando el sargento Nahuel González, junto con el chofer del móvil, Maximiliano Andrada, se encontraban realizando la recorrida en los barrios El Manantial, Carabassa y San Jorge, fueron alertados de que una mujer estaba ingresando en el trabajo de parto dentro de la vivienda y, a pesar de haber llamado a la ambulancia, esta aún no llegaba.
Sin dudarlo, tal y como lo hicieron el pasado 19 de septiembre cuando a través de las maniobras de RCP lograron salvarle la vida a un joven de 24 años en la Plaza 12 de Octubre tras numerosos paros respiratorios, los oficiales de la Guardia Urbana se dirigieron rápidamente a la vivienda en la calle Los Álamos al 500 para asistir a la madre hasta que la ambulancia pudiera llegar.
“Cuando llegamos al lugar, la bebé estaba a medio nacer. Así que, con los pocos elementos que había, intentamos ayudar. Conseguimos una tijera, alcohol y unos guantes de látex. Higienizamos bien la tijera, para poder cortar el cordón umbilical, hacerle el nudo y envolver a la bebé, como debe ser”, contó Maximiliano Andrada, miembro de la Guardia Urbana.
Junto con el teniente Darío Rodríguez del Móvil 1 del Comando Patrullas, al que solicitaron como refuerzo, lograron que la mujer diera a luz a una pequeña beba, Zomara, que nació sin ningún tipo de complicaciones gracias a la eficaz asistencia de los oficiales, a las 3.10 de la mañana. “El teniente nos ayudó a mantener la tranquilidad de la madre y a hacer las cosas bien, para no complicar la salud de la pequeña o de su madre”, explicó Andrada a Resumen.
“Estamos muy contentos, porque ambas están bien. Fuimos a visitarlas al Hospital Meisner, y nos alegró que estuvieran bien de salud. Nos preparan para estas cosas, pero es mitad y mitad. Uno en la calle se hace, y al estar todo el día afuera, uno va aprendiendo las cosas, más allá de que nos capacitaron para ayudar”, concluyó.
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