La técnica no tiene antecedentes en la Argentina. Permite reducir los tiempos de internación, acelerar la recuperación kinesiológica, bajar el dolor y mejorar la movilidad.
Un programa multidisciplinario (clínicos, anestesistas, nutricionistas, hematólogos y kinesiólogos), que abarca diferentes variables, posibilita hacer cirugías de recuperación acelerada, también conocidas como fast track, de reemplazo de cadera.
“El programa, que no empezó en las cirugías de cadera sino que se fue extendiendo, abarca desde el preoperatorio hasta el postoperatorio, cuyo objetivo final es disminuir el stress operatorio”, explicó el doctor Federico Burgo, médico del staff de Ortopedia y Traumatología y subjefe de Cirugía reconstructiva de cadera del Hospital Universitario Austral.
Entre las diversas medidas que se incluyen dentro del programa se puede mencionar el plan de ayuno abreviado (durante el pre operatorio), que permite que el paciente vaya hidratado a la cirugía. Además, se realizan anestesias regionales y locales (durante la cirugía), que permiten tener que utilizar menos drogas analgésicas después, y se utilizan fármacos locales que disminuyen al máximo la necesidad de transfusiones.
Por último, luego de la cirugía, comienza inmediatamente un plan de movilización temprana que incluye movimientos desde las primeras tres horas de la cirugía (e inclusive caminar a las 24 horas).
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