Ambas serán emplazadas en los jardines de los museos vaticanos. “Estas imágenes son el signo de la creatividad de la que somos capaces”, señaló el Sumo Pontífice.
El pasado fin de semana, en una ceremonia privada, el papa Francisco dio su bendición a dos esculturas del artista argentino Alejandro Marmo: el Cristo Obrero y la Virgen de Luján. Ambas serán emplazadas en los jardines de los Museos Vaticanos.
Después del Ángelus, el Santo Padre y el escultor compartieron un almuerzo. Luego tuvo lugar la bendición, donde el Sumo Pontífice manifestó: “estas imágenes son el signo de la creatividad de la que somos capaces aun con una materia prima de descarte, abandonada. Son un símbolo de la genialidad que Dios quiso poner en la mente de un artista”.
Y agregó: “este es un mensaje al mundo de que hasta que no venga el Hijo del Hombre nada está perdido, nada es de descarte, todo tiene un significado dentro de la magnífica obra de Dios”.
Por su parte, Marmo declaró que “el Santo Padre tiene la cercanía de un obispo. Con él construyo diálogo para fomentar la cultura del encuentro. Allí está el arte”, para agregar que “lo que queda emplazado en el Vaticano es el testimonio de ese proceso de trabajo, el otro polo de la cultural del descarte”.
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