El nivel del Río Luján bajó 2 metros y la situación se normaliza lentamente

Desde Defensa Civil informaron que el cauce seguirá desbordado por lo menos hasta el jueves. Los evacuados, que se encuentran en buen estado de salud, podrían regresar a sus hogares el fin de semana. Luego de la crecida que comenzó diez días atrás tras una fuerte tormenta, la situación del río Luján parece volver lentamente a la normalidad. En la tarde de hoy, el jefe de Defensa Civil, Rubén Romero, informó que los niveles de agua bajaron aproximadamente 2 metros, pero seguirá desbordado al menos hasta el jueves. Ante esta clara mejoría en la situación, los más de 125 evacuados dispersados entre los centros de refugiados de la Sociedad de Fomento General Belgrano, en Manzanares, y  la Iglesia Católica del barrio Agustoni, podrían regresar el fin de semana a sus hogares. Según informó Romero, los evacuados se encuentran en buen estado de salud, y son atendidos por el personal de Acción Social. Por el momento, las donaciones obtenidas en la movida municipal "Ayudanos a ayudar" fueron de gran apoyo para las víctimas de la inundación. En los pasados días, la situación parecía mejorar pero el río engañó al personal del ente municipal, con nuevas tormentas y crecidas sorpresivas. Concretamente, los niveles regresaron en al menos dos oportunidades a los 4 metros alcanzados tras la primera tormenta. Esta regresión al punto máximo retrasó la vuelta de los casi 240 perjudicados, entre refugiados y autoevacuados, por los desbordes de las masas de agua. “En el transcurso de la madrugada y la mañana del sábado el río nos jugó una mala pasada y tuvimos que evacuar a algunas personas en los barrios de La Lomita y Río Luján”, había señalado Romero. “Según lo que pronostica el tiempo, esta semana va a estar todo bien. En cuanto veamos que el regreso es viable, procederemos a devolver a los evacuados a sus hogares”, adelantó el responsable de Defensa Civil. Mientras tanto, trascendió que el Honorable Concejo Deliberante del distrito vecino de Luján avanzaría con las obras para desmalezar el río, que deja a gran parte del lugar bajo el agua con cada crecida. Si Luján puede controlar las inundaciones, Pilar podría verse beneficiado, dado que acciones de desagote de la crecida no afectarían de manera directa a los barrios pilarenses que lindan con la bajada del río, como sí sucedió en las últimas inundaciones.