El Colegio Santa María de Pilar atraviesa una etapa de grandes transformaciones que marcan un nuevo capítulo en su historia. La institución puso en marcha un proyecto integral de remodelación y modernización que apunta a mejorar la infraestructura existente, ampliar las áreas deportivas y renovar los espacios de aprendizaje con una mirada pedagógica innovadora y contemporánea.
El plan se desarrolla por etapas y contempla intervenciones en todos los niveles. En el corto plazo se destacan la construcción de una cancha de césped sintético destinada exclusivamente al hockey, la creación de un polideportivo cerrado con escenario, y la remodelación completa del estacionamiento, que se prevé inaugurar a mediados de noviembre. Estas obras se suman a la mejora integral del campo deportivo, con una pista de atletismo renovada y nuevas áreas de recreación.
Según explicaron desde la institución, el objetivo es reorganizar el campus para potenciar las actividades físicas y deportivas, brindando a los estudiantes espacios adecuados para su desarrollo integral. “La cancha sintética es un paso enorme que nos permite incorporar el hockey como disciplina estable y mejorar la enseñanza del atletismo”, señalaron desde la conducción del colegio.
En el nivel inicial, las reformas avanzan con una fuerte impronta educativa. Se reemplazarán los pisos y se incorporarán paredes vidriadas, que permitirán a los niños aprender en un entorno abierto y luminoso. La propuesta busca fomentar la autonomía, la concentración y la capacidad de gestionar los estímulos del entorno, valores que el colegio considera fundamentales en la formación temprana.
Paralelamente, el colegio ya concretó una serie de mejoras visibles. Se instalaron nuevos juegos al aire libre, se amplió el edificio que conecta primaria e inicial, y se habilitó un mariposario educativo en el exterior. Este último espacio permite a los alumnos participar activamente del proceso natural de las mariposas: observar la metamorfosis, cuidar las orugas y comprender la importancia de protegerlas del sol y de los peligros del entorno. La iniciativa combina ciencia, conciencia ambiental y aprendizaje vivencial.
Otro de los avances recientes es la creación de un espacio exclusivo para los estudiantes del último año de secundaria, pensado como un ámbito de encuentro y descanso. Allí, los jóvenes pueden compartir momentos de camaradería y reflexión en un entorno que refuerza los valores de autonomía, respeto y responsabilidad, pilares de la propuesta formativa del Santa María.
Con una matrícula de 600 alumnos, la institución consolida así una identidad educativa basada en la innovación, el crecimiento y el sentido de comunidad. Desde su fundación, el colegio se propuso formar estudiantes capaces de pensar críticamente, trabajar en equipo y valorar la convivencia, y este proceso de renovación refuerza esa filosofía.
“Se trata de un proyecto continuo y planificado por etapas. Siempre aparecen nuevas ideas y necesidades, pero el objetivo es mantener el colegio actualizado, funcional y en sintonía con los tiempos que corren”, destacaron las autoridades.
El Colegio Santa María avanza con paso firme hacia una nueva etapa institucional, donde la infraestructura se convierte en parte esencial del aprendizaje. Cada obra, cada mejora y cada nuevo espacio se piensan como una herramienta educativa, para que los alumnos puedan aprender, descubrir y crecer en un entorno que los inspire todos los días.
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