Desde hace tres años, un grupo de jóvenes pilarenses le enseñan el deporte de la ovalada a chicos de barriadas humildes. Y la experiencia es totalmente enriquecedora. También trabajan en Carabassa. “Queremos armar un buen club”, dijeron.
La del deporte y la solidaridad es una conjunción siempre eficaz. Y los chicos que desde hace casi tres años le dan vida a El Bosque Rugby Club lo pueden atestiguar. Es que el proyecto deportivo-solidario va creciendo, superando etapas y ha generado un nuevo polo rugbístico infantil en la ciudad.
La idea nació del espíritu de un grupo de inquietos jóvenes pilarenses, todos ligados al ambiente de la ovalada, quienes conjugaron dos pasiones: la del rugby y la necesidad de ayudar al prójimo.
“Arrancamos en un predio que se llama Los Olmos que pertenece a la congregación de Schoenstatt y está en la zona del barrio El Bosque. Lo hicimos con nueve chicos a los que tuvimos que invitar e ir a buscar casa por casa pero con el correr de las semanas fuimos sumando y llegamos a ser mas de 30”, recordó Ignacio Mengelle, uno de los impulsores del proyecto
“En ese lugar estuvimos un año pero no fueron tiempos sencillos porque los chicos no hacían caso, se pegaban y discutían entre ellos y con nosotros”, apuntó “Nacho”. Y precisó que las cosas comenzaron a modificarse cuando pudieron empezar a trabajar en el Polideportivo municipal. “Conocimos a Juan Carlos (Arroyo, subsecretario de Deportes comunal), nos abrió las puertas y empezamos a entrenar en el Polideportivo. Ahí se armó algo más formal y los chicos comenzaron a jugar bien al rugby. Y no solo eso, ahora están siempre juntos, hacen caso, son educados y hasta mejoraron en el colegio. Es perfecto desde lo social y lo grupal”, destacó.
Quieren más
Este año, el proyecto El Bosque RC busca potenciarse por lo que momentáneamente los entrenamientos se han trasladado a un terreno baldío triangular ubicado frente a la iglesia del barrio Carabassa.
Mengelle confió que la experiencia en Carabassa resultó completamente disímil a la del barrio El Bosque: “en El Bosque nos fue difícil y nos llevó un año enseñar rugby y las reglas pero en Carabassa, con los mismos chicos ya educados y el grupo nuevo, solo tardamos un par de entrenamientos”.
Los propios técnicos llevan a los chicos hasta el lugar con el objetivo de “ir haciendo la sede en ese barrio” pero todos tienen claro que la idea pasa por “volver al Polideportivo con todos los chicos y armar un buen club”. “Nuestro modelo es Virreyes, que ahora está jugando en la URBA”, subrayaron.
Por estos días, El Bosque está buscando jugadores, de entre 7 y 16 años para alimentar sus equipos porque “nos queremos agrandar”. En paralelo, el proyecto también va creciendo desde lo administrativo y está cerca de dar un paso relevante como es el de conformar una entidad o asociación civil: “eso nos permitirá tener un seguro y jugar más partidos, también recibir donaciones y seguir creciendo”.
Los entrenamientos se dictan los sábados a las 10.30 en el Carabassa. La mañana se inicia con una merienda fuerte, sigue con la entrada en calor y finaliza con trabajos tácticos y técnicos.
Hay equipo. El grupo de trabajo de El Bosque Rugby Club está compuesto por jóvenes de entre 18 y 25 años y sus integrantes son Ignacio Mengelle, Álvaro López, Franco Ognio, Bautista Araujo, Fran Grazioli, Francisco Yorio, Joaquín Bisognin, Lucas Donelly, Memo Marota, Ignacio Blanco, Nicolás Sanguinetti, Pedro Guerra, Segundo Cúneo, Santiago Ceresi y Florencia Zúccaro.
Necesidades. Desde El Bosque RC destacaron que, ante la condición humilde de los chicos que concurren a los entrenamientos, necesitan de ropa deportiva y botines para los jugadores. También solicitaron la donación de alimentos para el desayuno que se les sirve a los chicos previos a las prácticas. Los interesados pueden contactarse con el club mediante la página de Facebook El Bosque Rugby Club.
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