EI mundo acaba de asistir a una hazaña increíble. Lo que no hace mucho parecía un relato do ciencia ficción se ha convertido en una realidad que, tras el asombro de primeros instantes, se ha convertido en una verdadera lección que todos debemos aprovechar para llegar a la conclusión de que no hay nada imposible para el hombre cuando es capaz de nuclearse con el fin de lograr un objetivo, cuando de ese núcleo se sabe aprovechar lo mejor de cada uno, dejando de lado colores, modos de pensar, antipatías, cuando se pone el deseo o la necesidad de emulación al servido de una meta, con audacia no exenta de responsabilidad.
El hombre, sin nacionalidad, así, el hombre, ha logrado lo que un visionario novelista anunció con precisión increíble hace más de cien años. Al comparar esto con lo que nos rodea todos los días, con las innumerables dificultades con las que tropieza cualquier empresa, por pequeña que sea, aIcanzamos a establecer mejor la magnitud del esfuerzo realizado. Es indudable que la hazaña de llegar a la luna y la no menos importante de que en ella haya sido posible ser espectador desde el sillón de nuestro hogar, aquí, en Pilar, y en lugares más distantes de los grandes centros urbanos, en todas partes del mundo, no se podía hacer escatimando dinero, pero con éste y sin todo lo demás... nada.
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Tapa de Resumen del 20 de julio de 1969[/caption]
Además de una hazaña, del punto de partida de una era comparable con el que fijó Colón hace casi 500 años, esto que han concretado dos astronautas, asistidos por otro no menos valiente, dirigidos por miles de técnicos, es un reto para todos los que ante tan significativo resultado hemos sentido la pequeñez de nuestra individualidad y para los que tenemos vocación por agruparnos sin reparar en las insignificantes molestias que requiere todo nucleamiento, es un reto porque nos dice que no hay nada imposible... y hay tantas cosas para hacer...
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