Desde un modesto horno a leña en Villa Rosa hasta competir en la cuna mundial de la pizza en Parma, Italia: ese fue el camino recorrido por Daniel Gabrielli, el pilarense que hoy es uno de los 20 mejores pizzeros del planeta.
En una charla con Resumen, Gabrielli contó el motivo por el que nunca dejó de apostar por la superación.
"Empecé a trabajar desde muy chico, y cuando las cosas me empezaron a salir bien, la cocina me atrapó", recordó. Fue en “Pizza Rolo”, recordada pizzería del centro de Pilar, donde dio sus primeros pasos y donde aprendió a amasar, a usar las palas para cargar y sacar las pizzas, y a manejar un horno a leña en el que entraban 40 pizzas.
Con el paso del tiempo, su vocación se convirtió en profesión. Gabrielli se formó con cursos de gastronomía, gerenciamiento, bromatología y pastelería. El salto llegó cuando se entrenó en la Escuela de APYCE, sede oficial de la Scuola Italiana di Pizzaioli, donde obtuvo su título como pizzaiolo de primer nivel. Al ser sede oficial de la escuela italiana, no fue necesario viajar a Italia, ya que sus profesores fueron formados directamente allá, replicando los mismos estándares internacionales.
El resultado de ese esfuerzo se vio reflejado cuando se consagró Campeón Mundial de la Pizza 2024, el primer Campeonato Mundial de la Pizza y la Empanada organizado por APYCE, que fue realizado en Buenos Aires, y donde ganó su lugar en el mundial. “Ganar el certamen fue un sueño. Uno se prepara para competir, pero no imagina todo lo que viene después: entrevistas, el restaurante lleno, la gente emocionada”, contó Gabrielli.
En Parma, el desafío fue mayor ya que allá compitió en la categoría “napolitana STG”, la más tradicional y exigente. Su pizza estrella fue una marinara, con ingredientes simples: salsa de tomate, ajo, orégano y aceite de oliva. “Elegí esa porque es la pizza del pizzaiolo. Parece fácil, pero es ahí donde se nota la calidad del maestro pizzero y de cada producto que usa”, explicó.
Gabrielli formó parte de la Selección Argentina de APYCE, con quienes trabajó y practicó tanto en Argentina como en Parma, ya que fueron unos días antes para practicar. La técnica es fundamental, por eso APYCE fue clave en esta competición.
El entrenamiento incluyó pruebas de masa, cambios de ingredientes y análisis de temperatura. “La técnica, la constancia y el conocimiento de lo que uno usa son claves para marcar la diferencia. Además, se tiene en cuenta el punto de la masa, el tiempo por cronómetro, la presentación, la limpieza del puesto de trabajo”, detalló el pizzero a Resumen.
Hoy Gabrielli es jefe de cocina en Verne Bistro, en San Miguel, donde sigue amasando sueños, pero con una certeza: desde Pilar, y con esfuerzo, se puede conquistar el mundo.
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