La tensión volvió a escalar en Granja Tres Arroyos. Desde el lunes, los trabajadores de la planta Pinazo de La Lonja mantienen paralizada la producción en reclamo por la falta de pago de la última quincena y la incertidumbre sobre el futuro del establecimiento. Según denunciaron los delegados gremiales, la firma advirtió que podría cerrar sus puertas este mismo martes, lo que pondría en jaque a unos 340 puestos de trabajo y dejaría a decenas de familias sin sustento.
“Estamos en esta situación porque tuvimos que parar por falta de pago de salarios. La empresa no da certeza de qué día vamos a cobrar y está pagando en cuatro cuotas. La gente necesita el dinero y se decidió no trabajar”, explicó a Resumen, Diego Núñez, empleado y delegado del Sindicato de la Industria de la Alimentación. El dirigente agregó que ayer no se inició la faena habitual de las 4:30 de la mañana y que la medida se mantendrá, al menos, hasta que haya una respuesta concreta por parte de la compañía.
La planta está completamente parada desde el lunes. Núñez detalló que cuando llegaron los primeros operarios para descargar camiones con aves vivas, ya había consenso total de no iniciar tareas. “Es un paro decidido entre todos; hace dos semanas ya habíamos tenido otra medida similar que se levantó cuando la empresa pagó en efectivo por ventanilla. Ahora pensábamos que podría resolverse igual, pero se estiró y llevamos dos días, posiblemente vayamos a un tercero”, describió.
No es la primera vez que el personal de Granja Tres Arroyos enfrenta este tipo de conflictos. En diciembre del año pasado, los trabajadores ya habían realizado una protesta por el pago del aguinaldo en cuatro cuotas, exigiendo su liquidación completa antes de las Fiestas. Además, a fines de 2024 la empresa obtuvo autorización para un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), argumentando dificultades para exportar y buscando reducir costos laborales. Ese marco incluyó la reducción de adicionales salariales bajo amenaza de despidos, lo que para los trabajadores significó aceptar recortes para preservar sus puestos.
“Desde enero venimos sufriendo pagos atrasados e incertidumbre. El poder adquisitivo se derrumbó: seguimos cobrando lo mismo de hace meses, con paritarias pisadas y costos de vida que no paran de subir. Hay compañeros endeudados para poder comer, usando tarjetas de crédito o esperando cobrar para pagar el alquiler. La empresa sólo ve su crisis, cuando la producción no bajó nunca y siguen exportando”, cuestionó Núñez. El delegado enumeró además otras irregularidades denunciadas ante el Ministerio de Trabajo, como un 9 por ciento descontado de manera unilateral, y el pago incompleto de feriados trabajados.
La planta de La Lonja es una de las cuatro que la compañía posee en la provincia de Buenos Aires, junto con establecimientos en Entre Ríos, Córdoba y Uruguay. A fines de octubre se había informado el cierre de la planta 1 de Tristán Suárez, con 100 operarios despedidos. En Pilar, los trabajadores temen que se repita ese escenario: “Estamos a la espera de que nos llamen para arreglar algo; si no hay respuesta, mañana seguiremos con el paro total”, advirtió Núñez tras una asamblea informativa.
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