Con un texto denominado “Cuando un evento natural se convierte en desastre humano”, los integrantes criticaron la falta de acción y esgrimieron la necesidad de cambios para evitar males futuros.
La Comisión Asesora del Río Luján envió el pasado fin de semana un comunicado a los medios solicitando respuestas para acabar con los inconvenientes que la cuenca ha generado luego de las inundaciones.
El texto, titulado “Cuando un evento natural se convierte en desastre humano”, es fruto de lo debatido en la última reunión del organismo, llevada a cabo el pasado 19 de agosto en la sede de la Cámara Empresaria del Parque Industrial Pilar (CEPIP).
Concretamente, los ambientalistas señalaron que “las lluvias intensas, el cambio climático y la meteorología no son las únicas causas de este evento. Tampoco la falta de obras. En todo caso, son disparadores y agravantes de una emergencia largamente anunciada; de un desastre que no es "tan natural" como parece”.
“Si seguimos convencidos que el cambio climático está contra nosotros, seguiremos sorprendiéndonos con el agua al cuello, cada vez que llueva un poco por demás de lo que las estadísticas marcan. La naturaleza, no sabe de promedios”, agregaron.
Asimismo, llamaron a ver las inundaciones “como el resultado de la sumatoria de desidia, falta de planificación, desmanejo en el uso de los recursos (el suelo y el agua, entre ellos), carencia de una visión integral, falta de conciencia y percepción de los riesgos e, incluso, corrupción”.
“Esto aplica para quienes nos gobiernan, fundamentalmente, pero también para nosotros mismos”, aclararon.
Por otra parte, afirmaron que “en la cuenca media y baja, las llanuras de inundación y los humedales fueron progresivamente ocupados por emprendimientos tales como countries y barrios privados, parques industriales, áreas de logística, generando el estrangulamiento de los cauces principales y la consiguiente dificultad para que el agua fluya correctamente. La basura arrojada por los vecinos, también forma diques que empeoran la situación”.
Sin embargo, apuntaron que ante la petición de obras “es importante considerar que la ingeniería puede como mucho aspirar a que un conducto de drenaje, un dique, una canalización o un reservorio cumplan su función, siempre y cuando no se excedan las condiciones "límites" de diseño”.
“Si confiamos que una obra hidráulica nos protege en todo momento y circunstancia, cada inundación nos dejará el sabor amargo de que las cosas pasan porque alguien no hizo lo que debía hacer. Con ese planteo, seguiremos reproduciendo el desmanejo sobre las cuencas hídricas, para luego reclamar obras que resuelvan el problema”, argumentaron.
Al respecto, los ambientalistas señalaron que hace falta gestión, “que significa que todos reconozcamos y asumamos los riesgos. Que trabajemos en lo necesario para reducir las vulnerabilidades y que estemos preparados (y seamos conscientes) del margen de riesgo que no puede manejarse. Gestión para que una eventual situación de emergencia climática, no sea necesariamente una tragedia”.
“Esta comisión espera que el Plan Maestro Integral para la Cuenca del Río Luján, incorpore los diagnósticos, miradas y soluciones de los diferentes actores sociales y disciplinas involucrados”, agregaron.
El texto refiere a la actuación de la Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hidráulicas, que contrató a la Consultora Serman para que realizara el “Estudio Integral y Proyecto de Obras de Regulación y Saneamiento para el Rio Luján”, algo que en estos días está finalizando.
“En vista de la experiencia acumulada, nos oponemos en absoluto a la posibilidad de obras millonarias de tipo estructural (como dragados, rectificaciones o entubamientos) que no dan solución a las inundaciones y generan nuevos problemas. Mientras que en otros países, como Alemania y Holanda, se están reconstruyendo las costas de los ríos aquí seguimos pensando en estas obras perimidas. Seguimos insistiendo en un Plan Integral de Gestión para la cuenca”, sentenciaron.
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