El pilarense fue una de las estrellas del encuentro ante Temperley. El canalla, que no presentó un plantel a pleno, cosechó su tercer empate consecutivo en la Superliga.
Central se quedó en las intenciones y el bajo rendimiento de sus principales jugadores lo mantienen sin ganar en la Superliga. El canalla encontró la diferencia ante Temperley en un rapto de inspiración de Gustavo Colman y la efectividad de Fernando Zampedri. Pero no profundizó aquellos momentos de ventaja, se descuidó en el complemento y debió conformarse con un empate, tercero consecutivo en el torneo, que lo aleja de cualquier posición relevante en la tabla general.
Cuando el pilarense Gustavo Colman juega con la pelota, Central es otro equipo. Su juego a un toque, como clásico número diez, lleva a los canallas a jugar menos rápido y obliga a sus compañeros a pensar. Central empezó jugando como Montero quiere: a pura velocidad y en campo rival. De inmediato el partido quedó en sus manos y llegaron las situaciones de riesgo. Porque Scifo le cometió penal a Zampedri y Abal dejó seguir.
Temperley era superado y solo se animó a pensar en el arco de Rodríguez por un yerro de Martínez al tocar la pelota, pero Di Lorenzo lo perdió con remate desviado. En los ataques de Central el que remataba al arco era Zampedri y Rubén el que generaba los espacios. La diferencia de la cancha la marcó Colman, con un pase profundo a Zampedri, parado entre los centrales, y el delantero se acomodó en un movimiento, encaró y tocó cruzado para poner al auriazul en ventaja.
El partido perdió en velocidad, pero siguió en manos de Central. Zampedri asistió de cabeza a Rubén y el ídolo canalla lo dilapidó con zurdazo cruzado y desviado. El canalla se fue al descanso con ventaja y la sensación que pudo hacer algo más ante un rival sin ideas ni talento. Pero Carrizo y Romero fallaron mucho con la pelota y así el equipo no podía avanzar sin que la pelota pase por Colman.
En el segundo tiempo se vio lo peor de Central en la Superliga. La formación perdió orientación táctica, Carrizo y Romero no mejoraron y el celeste se animó.
Montero buscó la reacción con los ingresos de Herrera y Maxi González. El equipo recuperó algo de presencia y Herrera llevó peligro el área visitante, pero en acciones aisladas. Porque Colman no tomó la conducción del equipo y Carrizo jugó para el aplazo. El empate dejó al plantel canalla lleno de contradicciones, por rendimientos individuales muy bajos, pero por sobre todo por la apuesta en escena colectiva, por debajo de lo que se exige para ganar un partido.
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