Se delimitarán con más claridad los diferentes tipos de zonas, con sus respectivos permisos para la construcción de viviendas. La plusvalía será para los emprendimientos que superen las alturas estipuladas.
El nuevo Código de Planeamiento Urbano que el Municipio tiene listo para ingresar al Concejo Deliberante con grandes expectativas de aprobación en lo que resta del año, ha sido presentado públicamente, marcando los objetivos y las diferencias respecto al actual, que data del 1985, es decir que tiene una antigüedad de más de 30 años y según fuentes oficiales, más de 3.000 excepciones.
Al respecto, el Jefe de Gabinete, Juan Pablo Martignone, indicó que este nuevo ordenamiento parte de la base que “simplifica la interpretación, marca las diferencias en los barrios, preserva el carácter de cada zona, y suma un mecanismo para cuidar el medio ambiente con beneficios para quienes lo respeten”.
Esa referencia del funcionario puede representarse con varios puntos que se han pulido a lo largo de ocho meses de trabajo, comenzando con la etapa de diagnóstico junto con un equipo de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), cuyos resultados se presentaron en el Teatro Lope de Vega y el HCD, para luego poder debatir las soluciones a los problemas del distrito con reuniones sectoriales junto a diferentes participantes de la comunidad, como entidades de vecinos, arquitectos, urbanistas, profesionales, cámaras de comercio y demás.
Con todo este trabajo consolidado, las conclusiones que se presentaron como propuestas para ser debatidas en las diferentes comisiones del Concejo Deliberante apuntan a diferentes aspectos.
Entre las que más se destacan, se puede hablar de la sectorización de las zonas, donde cada una tendrá un objetivo. Por ejemplo, habrá zonas de protección ambiental, donde se prioriza la naturaleza teniendo en cuenta el impacto de los emprendimientos que se desarrollen allí; una zona para preservar fachadas históricas y culturales; una urbana y céntrica; una denominada de hábitat, donde se llevarán a cabo emprendimientos relacionados a la Ley de Hábitat que tiene como objetivo la promoción del derecho a la vivienda y a un hábitat digno y sustentable para los más necesitados.
Finalmente, en esta división se plantean los corredores industriales del distrito que se sitúan en tres puntos: el Parque Industrial y sus alrededores donde por la conveniencia de las conexiones de las Rutas 8 y 6 priman las logísticas; la Ruta 25 en Villa Rosa, donde un precinto implica que al irse una empresa ese espacio pasará a ser residencial; y la misma ruta en su límite con Moreno, donde se buscará un mayor control en la contaminación de las empresas y se buscará reducir la superficie que ocupan hoy en día, pasando de 2000 a 400 hectáreas. Asimismo, en esta última, se buscará fomentar la industria ligada a alimentos, por lo que se priorizarán ese tipo de emprendimientos cuando se vayan las actuales.
Viviendas, plusvalía y traza vial
En cuanto a los cambios en materia de viviendas, el código sumará un nuevo tipo a las ya existentes (unifamiliar y multifamiliar), que serán denominadas intermedias y podrán ser construidas en los barrios junto con la primera categoría. Por su parte las viviendas clase III, representadas por los edificios tendrán un tendrán permiso para una altura menor en sus construcciones, tomándose dos puntos con construcciones ya erguidas como el complejo de Bianea y el kilómetro 50 de Panamericana, para ejemplificar el sistema de plusvalías, donde los emprendimientos que excedan la altura permitida deberán abonar un pago que se determinará al valor fiscal.
Por último, el Código de Planeamiento también apunta a la traza vial de Pilar, considerando terrenos que permanezcan sin obras invadiendo para la implementación de un mayor ancho en la trama existente, a la que se sumará una nueva trama propuesta para conexiones.
Dejar un comentario