La obra de la calle Savio fue prometida hace tres meses, pero a pesar de que ingresaron con maquinaria, jamás la comenzaron. Ahora, el estado de la única mano que existe ha empeorado y continúa deteriorándose.
Los vecinos del barrio Ex Fábrica Militar han mostrado a lo largo de los años no solo su descontento sino su frustración ante la indiferencia del estado cuando de arreglar sus calles se trata. Hace menos de un mes una vecina del lugar contó a Diario Resumen que incluso la empresa de colectivos 503 había anunciado que dejaría de pasar por el barrio si las calles no eran arregladas.
La calle Savio tiene solamente la mano de egreso al barrio pavimentada, mientras que la de ingreso aún es de tierra, con enormes pozos y que, en épocas de lluvia, se convierte en un barrial. La obra había sido anunciada para los primeros días abril, pero el Secretario de Obras Públicas, Guillermo Iglesias, había comentado a Resumen que si bien fue propuesta por la secretaria, los fondos provienen de Nación. Además, afirmó en su momento que “entendemos que se haya atrasado por cuestiones climatológicas”.
Sin embargo, la obra jamás comenzó, incrementando el descontento entre los vecinos. “Planificaron que empezaría en mayo, la segunda mano de la calle, llevaron máquinas y carteles pero nada ocurrió. Después, la pospusieron para junio y aún no tenemos novedades. La calle está peor que antes”, contó Gastón, uno de los vecinos del lugar, a Resumen. Asimismo, afirmó que lo único que se hizo fue colocar tosca que ya se ha roto, pero que “nunca empezaron la mano nueva ni arreglaron la que ya existe”.
“Es un desastre, los reclamos vienen hace muchos años. Nos sentimos enojados, nos sentimos engañados por la situación porque si bien nunca se hizo nada, se comprometieron a realizarlo. Nosotros confiamos en sus palabras. Nunca nos dieron una explicación de por qué se frenaba la obra”, expresó. Por último, afirmó que tanto en casos de emergencia como en la cotidianeidad, el tránsito se complica porque siempre existen riesgos de quedarse encajado en la mano que aún es de tierra. “No queremos ni más ni menos que cumplan con la promesa que nos hicieron”, finalizó.
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