Con 15 años, ya ha probado todos los medicamentos tradicionales. Su única esperanza es el cannabis, pero IOMA no lo autoriza y sus familiares han comenzado una petición con firmas para conseguirlo.
Camila es una adolescente de 15 años que, a los cuatro meses de vida, fue diagnosticada con el Síndrome de Lennox Gastaut, una variante de epilepsia infantil muy difícil de sobrellevar, con convulsiones diversas y repetidas en un corto lapso, problemas conductuales y discapacidad intelectual.
“A los cuatro meses de vida se le despertó, pero comenzó con un Síndrome de West que después derivó en el de Lennox. Camila ahora está pasando por un mal momento, porque las drogas que está tomando no le hacen efecto por lo cual necesita cuanto antes que la mediquen con cannabis”, relató a Diario Resumen, Noelia Barrionuevo, madre de la adolescente.
Camila toma tres medicamentos, dos veces al día; a pesar del tratamiento actual, la menor tiene 80 convulsiones al día: “casi siempre son cuando duerme. Camila no descansa y en el día, su cuerpo está débil porque son muchas crisis diarias. No da abasto”. Además, empezó a tener otro tipo de complicaciones. “No tolera los remedios, entonces tiene problemas en el estómago. Fue operada de columna por una escoliosis neuromuscular que viene por la cantidad de convulsiones y como eso daña y afecta el cuerpo con los golpes”, dijo Noelia.
Luego de haber probado numerosas medicinas, les ha aparecido la oportunidad de realizar un tratamiento que mejoraría sustancialmente la calidad de vida de Camila, a través de la utilización del aceite de cannabis medicinal, que fue propuesto por un médico del Hospital Gutiérrez, donde Camila se atiende desde el comienzo. El problema radica en que la obra social IOMA no quiere autorizar el tratamiento de la menor. “IOMA me lo rechaza porque me dijeron que tenía otras drogas alternativas para mi hija, siendo que las que me nombraban Camila ya las probó todas”, añadió.
“Movemos cielo y tierra, porque ellos no lo pasan entonces no saben lo que es. El temor de que en cualquier momento le pueda pasar algo es horrible, me da desesperación que no me den una medicación que sane a mi hija o que por lo menos le dé una mejor calidad de vida. Ella no habla, tiene problemas motores y usa pañales, pero quiero que deje de convulsionar para que su organismo de un respiro”, contó entre lágrimas Noelia.
En medio de la desesperación por conseguir la autorización de IOMA y las esperanzas por salvar la vida de Camila, sus familiares han creado una campaña que, a través de la junta de firmas, espera que la obra social de el visto bueno para comenzar con la medicina: “Cannabis medicinal para Camila” que se encuentra en el sitio
www.change.or, enviará una petición a IOMA con las firmas de todos aquellos que quieran ayudar a la menor.
“Si entra en un estatus convulsivo se nos muere. Me gustaría que entendieran que no deben dejar de probar, porque no debe ser mal visto cuando está salvando vidas de niños y adultos, el cannabis es una droga como cualquier otra. Si es lo que cura a mi hija, si me tienen que llevar presa, lo harán. Pero primero está ella, voy a hacer lo imposible para salvarla”, concluyó Noelia Barrionuevo.
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