Viernes 26 de Abril de 2024

Calle Tucumán: comisaría, autos siniestrados y caos de tránsito  


  • Miércoles 27 de Marzo de 2019
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El centro pilarense se transforma en camino con obstáculos. Patrulleros en doble fila, vehículos secuestrados ocupando la vía pública, ocupación de veredas y autos que cruzan a mitad de cuadra para estacionar. [gallery size="full" ids="/static/old/uploads/2019/03/Estacionamiento-Comisaria-Pilar-2.jpg|,/static/old/uploads/2019/03/Estacionamiento-Comisaria-Pilar-3.jpg|"] La calle Tucumán es una de las principales arterias céntricas de la localidad de Pilar, y como ya se ha vuelto costumbre, también se trata de una de las más caóticas en cuanto al tránsito. Como si fuera poco, esta problemática está a la vista y hasta se han tomado medidas pensando en combatirla, así como fue la iniciativa municipal de cambiar el recorrido de las líneas de colectivos que pasaba por allí, pero la dificultad de circular por el tramo que va desde Víctor Vergani hasta San Martín continúa siendo un desafío. Esta búsqueda de soluciones se vuelven inútiles ya que hay otros factores que complican el paso de los pilarenses por ese lugar, y varios de ellos se unen entre Ituzaingó y Rivadavia, por ejemplo, con el uso que le da al espacio público la comisaría Pilar 1ª. Es que muy rara vez los vehículos o inclusive los transeúntes, tendrán el paso fácil al transitar por la zona, y el por qué, apunta a automóviles siniestrados que en más de una ocasión constituyen chatarra, o móviles policiales estacionados en doble fila que sumados a camiones que suelen hacer sus paradas en la zona para proveer al comercio, convierten a la “calle ancha” en un pequeño pasillo por donde debe circular todo el tránsito pilarense. Además, las veredas no quedan al margen, y muchas veces, por no decir siempre, también se convierten en estacionamiento. Como si fuera poco, junto a la dependencia policial se puede encontrar un supermercado que no contribuye al panorama. A pesar de que el comercio tiene su propio estacionamiento, los problemas vienen por medio de las personas que cruzan la calzada a mitad de cuadra para ingresar al lugar, los remises que se aglomeran para esperar por los pasajeros que realizan sus compras, o los “changuitos” que terminan convirtiéndose en obstáculos para cualquiera que pase por allí. La suma de todo esto termina ofreciendo una clásica postal pilarense de bocinas, miradas con rabia, cruces verbales y hasta accidentes. Posiblemente, un llamado de atención para que cada uno colabore y ofrezca su granito de arena con el objetivo de mejorar el centro pilarense.  

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