A días de la inauguración de la nueva planta de internación del Hospital Falcón, el secretario de Salud, Pablo Atchabahian afirma que el crecimiento debe ser de a pasos firmes y no exponenciales. Con la intención de evitar la derivación de pacientes hacia otros centros de salud, se amplió la capacidad de internación del hospital con 90 camas. “La salud avanza acompañando el avance y las necesidades de la comunidad”, certifica Atchabahian y explica que las inversiones del Hospital Falcón responden a la decisión tomada en 2004 de descentralizar los hospitales. Para ese año, ya era sabido que ni el Meisner ni el Sanguinetti podían crecer más por cuestiones de espacio.
“Para mí lo mejor que uno puede hacer es la formación de grupos de trabajo y esa es mi mayor satisfacción”, afirma el médico urólogo. “Creo que se han formado grupos en todos los ámbitos de salud, incluso en la misma secretaría”, agrega. Formando parte de su rol como secretario, Atchabahian está en pleno proyecto de construcción del nuevo hospital de Pilar. Para un municipio que alcanza los 400 mil habitantes y que recibe mucha gente durante los fines de semana, el servicio de salud ha quedado insuficiente. “Creo que el hospital dará respuesta a las nuevas necesidades de la población y que posee la mejor vía de acceso”, anticipó.
¿Cómo se organiza el sistema de salud en Pilar?
El sistema de salud de Pilar está mantenido por el presupuesto municipal, sin ningún componente provincial. Aclaro esto porque el 50 por ciento de los municipios de la provincia de Buenos Aires tiene hospitales provinciales. Nosotros estamos dentro de la otra mitad de los municipios en que todo el sistema de salud depende de nosotros mismos. Esto no quiere decir que no respetemos al ente rector provincial y nacional o que no sigamos los programas que son impartidos hacia todo el país.
¿Cree que esta organización es una ventaja o desventaja?
Lo complejo es que la responsabilidad es toda nuestra y que cuando se necesitan recursos hay que salir a buscar por todos lados. La ventaja es que todo depende de nosotros y que las decisiones son enteramente nuestras. Los que mejor conocen el territorio son los que estamos acá y sería muy difícil tener un hospital provincial con gente que desconoce nuestra situación. Además, viendo el contexto provincial donde los hospitales están diezmados, creo que es definitivamente una ventaja.
¿Es suficiente con la financiación municipal?
La salud nunca es suficiente, uno siempre necesita y exige más. Lamentablemente nunca alcanza, pero esto pasa tanto en el ámbito público como privado. No hay límites en la salud, por eso en la salud pública uno tiene que determinar cuáles son las prioridades y las problemáticas que impactan a nivel comunitario. En la salud pública debe evaluarse a cuánta gente se ayuda con cada programa. Nosotros buscamos el impacto sanitario: darle más a más cantidad de gente.
En una entrevista usted afirmó que el crecimiento del Hospital Falcón también involucraba más servicio y mejor calidad de atención, ¿cómo se logró esto?
Cuando hicimos el quirófano por ejemplo, se planteó que sería muy difícil montar un servicio de cirugía pediátrica porque no hay cirujanos infantiles que quieran trabajar a nivel público. Pero conseguimos un grupo humano de excelencia, que es el mismo equipo del Hospital Austral. Hace un par de años incorporamos también la terapia intensiva. El hospital Falcón viene en un crecimiento constante, con muchas obras, servicios y buen recurso humano. Y creo que estas 90 camas le van a dar una dimensión de crecimiento muy importante, no solo para el municipio sino para toda la región sanitaria.
¿La ampliación fue antes o después de que el espacio no alcanzara?
Siempre tenemos que tratar de anticiparnos, aunque a veces la vorágine de las cosas hace que tengamos que ir dando soluciones a medida que aparecen los problemas. Pero en este caso fue parte de un plan estratégico. Esta inversión tuvo un fuerte apoyo de un programa de responsabilidad empresaria que nos permitió poder contar con la construcción. Y el Municipio se hizo cargo de todo lo que entra en la sala, que es quizás lo más caro y lo más difícil. Lo que va dentro de las paredes no es tan tangible como el metro cuadrado de construcción.
¿Cómo surgió esta colaboración?
La empresa es una papelera china que ya lleva muchos años en Pilar. Un día los directores fueron a visitar el Hospital Falcón y vieron que en una de las camas había un chico chino internado. Les llamó muchísimo la atención que alguien de su comunidad se atendiera en el hospital y eso inició la motivación de la empresa para colaborar en la construcción. Se advirtió desde lo público y lo privado que existía una necesidad y que la interacción beneficiaría a ambos. Hoy podemos hacer gala de esta relación público-privada, que es mundialmente una de las formas más exitosas de ejercer la función pública.
¿Cuál es el grado de complejidad del Hospital Sanguinetti?
Tiene servicio de cirugía y de terapia intensiva pero es un hospital que ya tiene más de 50 años, en un lugar donde ya no puede crecer y en el que se hace muy difícil incorporar tecnología o aparatología nueva. Las posibilidades que tenemos al construir algo nuevo, como es el hospital sobre la Panamericana, hace que podamos contar con una mejor estructura. Creemos que esto dará más respuestas a los servicios de salud.
¿Cómo resolverá la cantidad de gente que necesita para trabajar en el servicio?
El grupo humano es la clave para un buen hospital y es también lo más difícil. Ya estamos pensando una estrategia para que este equipo sea el adecuado. No hay nombres y apellidos, pero tenemos perfiles de gente con la que queremos contar para este desafío porque es un objetivo más ambicioso al ser un lugar de primer nivel. Tenemos mucha gente esperanzada con la posibilidad del nuevo hospital y que tendrán el compromiso para responsabilizarse por el servicio nuevo.
Pablo Atchabahian empezó como director del Hospital Comodoro Meisner, donde afirma que empezó su transformación personal y la que luego fue moldeando el sistema de salud. “Como hospital materno, nos convertimos en referentes a nivel nacional y eso para mí fue un logro no solo personal, sino de todo el grupo humano del hospital”, cuenta hoy desde la secretaría de Salud. Aunque está satisfecho con la construcción del hospital nuevo, cree que todavía está pendiente la construcción de una maternidad nueva.
¿Cómo se encuentra el índice de mortalidad infantil en Pilar con respecto al nacional?
Estamos dentro de la media de los índices provinciales y nacionales. No nos ponemos ni tristes ni contentos cuando la mortalidad infantil sube o baja. Las oscilaciones de este índice son naturales porque es muy sensible. Un fallecido más o menos cambia el índice en muchos dígitos. Además, la mortalidad infantil tiene que ver con la vivienda, con el agua, con la educación de los padres. Si un año baja más o sube, es una cuestión que tiene que ver más con lo azaroso que con un mejor o peor trabajo. Sabemos que para el año que viene, la mortalidad va a bajar. Pero esto no es bueno ni malo, lo importante es que la tendencia sea en baja.
Azul Rizzi
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