Doce personas con Síndrome de Down y retraso madurativo participan de la iniciativa que les permite estudiar Educación Ambiental en la Universidad Austral. Cinco de ellos recibieron una beca completa para costearse la carrera.
En una iniciativa mancomunada entre la dirección para Personas con Discapacidad y la Fundación Cascos Verdes, cinco alumnos con Síndrome de Down y siete con retraso madurativo están en vías de finalizar el primer año de la carrera de educación ambiental en la Universidad Austral.
Este programa, destinado a la inclusión social, cuenta con el apoyo constante del área municipal, dependiente de la secretaría de Educación, Cultura e Integración. A través de él, 12 alumnos con capacidades especiales están cursando esta carrera de dos años de duración, y cinco de ellos recibieron una beca para costear la totalidad de sus estudios, como resultado de las gestiones realizadas desde el ámbito municipal.
Asimismo, también brinda su aporte la ONG Cascos Verdes, fundada por Javier Ureta, y cuyo propósito es promover la inclusión socio-laboral de personas con discapacidad intelectual por medio de la educación ambiental.
Por su parte, la responsable del área de Discapacidad, Liliana Mazzacano, manifestó su satisfacción por esta iniciativa y remarcó que “es un orgullo el nivel académico alcanzado y es asombroso el alto grado de compromiso que estos jóvenes han demostrado durante la cursada”.
Además, los responsables del proyecto informaron que se planea continuar trabajando articuladamente con esta organización para poder replicar y potenciar esta experiencia educativa durante el transcurso del próximo año.
De esta manera, se pretende aunar esfuerzos para incrementar la carga horaria de la carrera y también acrecentar el número de becados.
En una de las últimas clases del ciclo lectivo 2014, los alumnos expresaron su agradecimiento a los docentes a cargo, Candelaria Martínez Llobet y Lucia Ferrucci. También, los estudiantes hicieron hincapié en el valor de la superación y se mostraron conscientes de los grandes esfuerzos que debieron realizar para alcanzar esta importante oportunidad para su futuro.
“El proyecto cumple con la función de intentar transformar la realidad de las personas con discapacidad intelectual. El hecho de que ellos accedan a una carrera universitaria con amplias posibilidades de una salida laboral es la prueba de que, a veces, querer es poder”, señalaron desde el área municipal.
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