Será en Olivos y el andén, en la estación de Manuel Alberti. Habrá bandas en vivo, murgas y una radio abierta. Además, estarán presentes familiares de otras víctimas de gatillo fácil.
El domingo los familiares y amigos de Sonia Colman se reunirán a partir de las 16 en Olivos y el andén de la estación de ferrocarril de Manuel Alberti, donde se encuentra el pasaje con su nombre, y harán la remodelación, a poco de que se cumplan once años de su asesinato.
Sonia falleció el 23 de diciembre del 2007, convirtiéndose en una de las tantas víctimas de gatillo fácil. Oscar Benítez, quien era policía en dicho momento, disparó su escopeta –a pesar de la cantidad de gente que había en el lugar– en Avenida Madero y Valentín Gómez contra dos adolescentes desarmados que habían robado una billetera momentos antes. Una de las balas impactó contra el pecho de Sonia, que estaba a 30 metros de la escena, y provocó su muerte.
En agosto de 2011, Benítez fue condenado a 8 años de prisión, pero murió en 2015 en la Penitenciaria de Bahía Blanca por problemas de salud.
Con actos alegóricos, una radio abierta, murga y festival musical, su familia la recordará a ella y a otras víctimas de gatillo fácil policial. “Vamos a recordar los 11 años del asesinato de Sonia a manos del gatillo fácil policial. No solo queremos conmemorar a Sonia, sino que pediremos justicia por todos los casos que están en proceso o han quedado impunes”, explicó en diálogo con Diario Resumen, Antonio Espasa, su marido.
La pareja estuvo casada por 25 años y tuvieron tres hijas, una de las cuales es Natalia Espasa, conocida dirigente de Mujeres Juntas y a la Izquierda que participó en elecciones para intendente y concejal.
Para Antonio, este tiempo “ha sido muy duro” y modificó por completo la dinámica familiar: “Que uno salude a su pareja con un beso a la mañana, y nunca más la veas, es muy duro”.
Navidad nunca ha vuelto a ser lo mismo. “El 24 de diciembre, mientras todos festejaban, nosotros velábamos a Sonia. Nuestros vecinos llevaron a cabo una jornada muy silenciosa, se fueron a pasar la fiesta a otro lado. No se escuchó música, ni nada. Fue una muestra de respeto que valoramos y agradecemos”, dijo Antonio y agregó que “a partir de ese momento, no ha habido fiesta de Navidad”.
A pesar del tiempo que ha transcurrido, la familia continúa exigiendo justicia por todos aquellos que han muerto a manos del gatillo fácil y los que, según dice, podrían sufrir el mismo destino. “Queremos que no siga pasando. En ese momento, era un caso de gatillo fácil cada 40 horas. A fin del gobierno anterior, uno cada 28 horas y en este momento, es uno cada 25 horas. El gatillo fácil, no son enfrentamientos. Es cuando se dispara y se asesina, abusando de la condición de policía”, cerró Antonio Espasa.
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