Señor Director:
El lunes 20 del corriente mes, después de aguantar varios días con alergia, tos y un repentino dolor abdominal, me decido casi obligada, a retirarme de mi trabajo e ir al médico, los que me conocen saben que huyo de los estudios, medicamentos y todo lo que tenga que ver con “estar enferma”.
Gracias a Dios y a mi trabajo cuento con una prepaga, por lo que mi primera opción fue dirigirme al Hospital Austral de Pilar, ingresé a guardia a las 16.30hs y me dispuse con paciencia a esperar en una sala llena de gente y niños que al igual que yo, rezan no contagiarse de otra cosa que no sea por la que originalmente fuimos.
Llegando a las 18.30hs pasadas veo en la pantalla que llaman a mi número, el médico me revisa algo apurado y trata de enviarme a casa sin ningún otro diagnóstico que el que yo ya sabía, pero dada mi insistencia de dolor, acepta enviarme al sector de internación en guardia. Deriva mi caso a una doctora que en seguida me vuelve a revisar y me indica que me van a realizar análisis de sangre, una placa y una ecografía. Siendo las 23hs yo sigo esperando que alguien venga a buscarme para realizarme los estudios mencionados… a las 21hs cambio la guardia, con lo cual todos apurados se fueron a sus casas y los enfermos en guardia, que se supone te dejan internado por alguna emergencia, nos encontramos en un abismo de información, en donde nadie sabe nada y los nuevos ingresos tampoco se hacen cargo… estuve cansada de preguntar el porqué no me venían a buscar, un camillero de turno me contestó irrespetuosamente y me dijo que estaban demorados? 4 horas y media demorados? cuando en realidad otro paciente que venía de diagnóstico me dice que no había nadie en el sector, literal, estaba completamente vacío. Resumiendo mi hermosa jornada… me fui del establecimiento, sin diagnóstico seguro, sin estudios realizados y en un horario en donde apenas llegué a mi casa, mis hijos ya dormidos, me hizo sentir mucha frustración por el día perdido. En el Austral quedó sólo un médico de guardia para abastecer a una sala llena de gente más los pacientes internados, dos enfermeras que parecían mudas y un hospital muy vacío de personal y de espíritu.
Al otro día, y dado que seguía en ascuas respecto a mi malestar, me dirijo por primera vez al Hospital Municipal de Pilar, Juan C Sanguinetti, y con gran asombro me di cuenta de los muchos prejuicios que uno a veces tiene de los establecimientos públicos, porque sí, seguramente todos tenemos alguna mala experiencia, pero la realidad es que me encontré con muy buenos profesionales y con un personal bien predispuesto al trabajo, educados y respetuosos. De más está contarles que en 2 horas y media ya estaba con mis resultados en mano y con los antibióticos que necesité tomar dada mi bronquitis avanzada.
Es por eso que hoy tengo ganas de agradecer, al director del Hospital Municipal Dr. Néstor Quiñones, al Dr. Cirujano Mariano Fasseli, al enfermero Adrián Carsin, al sector de laboratorio, al sector de rayos, a Mariela Percivaldi del sector Farmacia y a todos los involucrados en el sector de guardia. Atte.
Capón María Leticia
DNI 28.163.548
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