Frente al derrumbe del 20 por ciento en las transferencias de capital a Provincia, la Gobernación bonaerense recibió más recursos que en 2017.
Buenos Aires viene esquivando los recortes que el gobierno nacional comenzó a aplicar, incluso antes del pedido de auxilio al FMI, a los fondos destinados a obras públicas en las provincias: en el primer trimestre de 2018 vio aumentadas en un 6 por ciento las transferencias de capital, frente a un recorte promedio cercano al 20 por ciento.
El dato surge de un estudio de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) en base a la ejecución presupuestaria del Gobierno nacional en los tres primeros meses de este año. Según este análisis, en el período señalado las transferencias de capital a las provincias se derrumbaron un 20 por ciento con relación al 2017. Esto, sin contar con que el índice de precios se disparó un 25 por ciento en el mismo lapso, lo que profundiza aún más el impacto del recorte.
Frente a este panorama general, la provincia de Buenos Aires terminó relativamente indemne: recibió en el primer trimestre 5.096 millones de pesos, contra los 4.785 millones que Nación le había girado el año pasado. El saldo a favor del gobierno bonaerense fue, entonces, del 6,45 por ciento, aunque si se tiene en cuenta la inflación, también la cuenta pasa a estar en rojo.
Claro que si se tiene en cuenta el contexto, los números no son tan malos: la administración Vidal recibirá este año 20.000 millones extra de coparticipación gracias al Pacto Fiscal firmado el año pasado, que eliminó el Fondo del Conurbano (y su tope) y redistribuyó la masa de recursos federales, favoreciendo a la Provincia.
En caída
El informe de ASAP destaca que, incluso antes del acuerdo con el FMI (que exigirá al gobierno de Mauricio Macri acelerar el recorte del gasto público para cumplir metas de déficit más exigentes) la inversión pública sufrió un recorte de 6.200 millones de pesos.
Las provincias fueron las principales víctimas de este achique: durante el primer trimestre de 2018 las transferencias corrientes y de capital retrocedieron un 12 por ciento, lo que significa desembolsos por 3.600 millones menos que el año pasado.
Las transferencias de capital, fondos destinados a obras públicas que se realizan por convenios con las provincias, sufrieron el principal recorte (-20%), mientras que los giros para gastos corrientes (sueldos, gastos administrativos) se incrementaron un 11 por ciento, aunque lo hicieron 14 puntos por debajo de la inflación.
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