El ministro de Agroindustria, Leonardo Sarquís, se refirió a ese porcentaje de afectación, y anticipó que se trata de “una cosecha compleja” a la hora de hablar de soja, maíz y girasol.
Leonardo Sarquís, ministro de Agroindustria, sostuvo que la lluvia del fin de semana fue un paliativo, y recordó que “hay zonas más afectadas que otras porque la provincia de Buenos Aires es un país dentro de un país, con más de seis regiones bien diferenciadas en forma agroclimatológica y geopolítica”.
Durante el fin de semana se registraron lluvias de entre 30 y 50 milímetros en el norte, nordeste y sudeste bonaerense, aunque los productores consideraron menor el impacto ya que comenzó la cosecha en vastos sectores.
“Vamos a tener una cosecha compleja. Uno tiene que ser muy cuidadoso cuando habla de estos temas como los de las emergencias, porque cuantificar una sequía es mucho más difícil que estimar el daño de una inundación, y hay que ser muy preciso”, aseveró Sarquís en diálogo con la agencia estatal Télam.
El ministro, por otra parte, indicó que en el transcurso de esta semana se convocará a la reunión de la Comisión de Emergencia Agropecuaria.
La comisión es la encargada de proponer al Poder Ejecutivo la declaración de emergencia agropecuaria de la zona afectada con delimitación del área territorial a nivel de partido o sectores del partido, cuando factores de origen climático, telúrico, físico o biológico afecten la producción.
En ese sentido, Sarquís dijo que “se está recibiendo la documentación de los municipios que la solicitaron”, y enfatizó que “el 35 por ciento de las áreas cultivables de la provincia bonaerense tiene un grado de afectación”.
“Esto es desde lotes perdidos hasta los que por el momento se cree que se pueden recuperar si llueve lo necesario”, expuso.
Por último, indicó que “lo primero a considerar es que el cambio climático vino para quedarse. Habrá condiciones climáticas adversas con mayor frecuencia”.
El balance provisional de los economistas agropecuarios ronda una caída cercana al 30 por ciento en el rinde de la cosecha gruesa y pérdidas estimadas en 1.600 millones de dólares.
En efecto, los productores esperaban una cosecha gruesa (soja, maíz y girasol) cercana a los 40 millones de toneladas, pero en la última semana, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y Rosario, las expectativas cayeron a 28,5 millones. Se trata de un recorte del 28,5 por ciento, siempre y cuando comience a llover. De otro modo, en las próximas semanas el panorama podría ser aún peor.
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