Fue capturado cuando iba camino a verse con su actual pareja. Sus huellas se encontraron en el comercio donde la víctima trabajaba, lugar en el que la mató con un corte en el cuello.
Néstor Maximiliano Montiel, el principal sospechoso del crimen de la comerciante Nadia Arrieta, fue detenido hoy en la localidad bonaerense de Sarandí -partido de Avellaneda- donde iba a encontrarse con su actual pareja. El hombre era intensamente buscado desde el jueves, cuando el cuerpo de la joven de 31 años apareció degollado en el negocio donde trabajaba con su mamá en Villa Tesei.
Cuatro huellas dactilares en la escena del crimen y la grabación de una cámara de seguridad lo ubicaron como el principal sospechoso. Por eso, después de identificarlo y tras varios allanamientos, personal policial supo que iba a encontrarse con una mujer en Banfield, pero a pesar de que los efectivos lo siguieron, logró escapar. De todas maneras, su huida no duró mucho tiempo ya que fue detenido en Sarandí, cerca de la autopista Buenos Aires-La Plata, y quedó a disposición de la Justicia para ser indagado por el fiscal de la causa.
Según se conoció en las últimas horas, Montiel tendría que haber estado preso cuando atacó a Nadia: es que los camaristas le habían otorgado la libertad condicional pese a un pronunciamiento negativo de un fiscal y un juez. Aunque más allá de este indicio, todo se confirmó al dar cuenta de que las huellas de Montiel estaban en un azulejo y en la base de una lata de la regalería "NyB", ubicada en Villa Tesei, partido de Hurlingham.
Cuando cruzaron los datos con el registro de personas con antecedentes dio positivo: fue Montiel quien habría estado en el local que Nadia tenía con su mamá.
El crimen
El jueves pasado, Nadia fue a su negocio como todos los días. Cerca del mediodía, un vecino de 18 años que trabaja en un taller de chapa y pintura justo a la vuelta, escuchó gritos de pedido de ayuda desde el fondo del local. El joven corrió para ver qué pasaba y cuando llegó, encontró la puerta abierta y a la joven muerta sobre un charco de sangre.
Nadia murió de un corte en el cuello: su asesino la habría degollado con un cuchillo. Estaba amordazada con una cinta adhesiva gris y con las manos atadas por detrás de la espalda. Sólo tenía una remera y estaba en ropa interior, por eso los investigadores sospechan que su asesino intentó violarla, aunque por el momento los primeros resultados de la autopsia no arrojaron señales de abuso.
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