El Gobierno pretende mantener la relación cuota-ingreso para beneficio del cliente. Otra hipótesis es crear un fondo compensador. La oposición había avizorado la problemática.
La alta inflación en lo que va del año supera el 24 por ciento y la devaluación del peso en relación al dólar, complicó las operaciones inmobiliarias y provocaron una fuerte contracción de los créditos UVA, por lo que el Gobierno evalúa medias para paliar esta situación.
Mientras se espera un crecimiento del 45 por ciento del índice de precios (lo que rige el valor de la UVA) y los sueldos aumentarán en torno al 25 por ciento en el año, la cuota que a principio de año significaba un cuarto del salario, en diciembre aumentará un 28 por ciento. Además, el dólar que estaba alrededor de 20 pesos a principios de año, hoy está en 40, lo que alejó a muchos del sueño de la casa propia, ya que las viviendas se movieron a ritmo de la moneda estadounidense.
Frente a los tenedores de crédito UVA, la idea del Gobierno es mantener la relación cuota-ingreso para que lo que tenga que pagar el cliente no los deje con los bolsillos vacíos. Si bien el dinero que se otorgaba estaba atado al 20 por ciento del salario, ahora buscan implementar la activación de un seguro que sirva de salvavidas cuando el saldo a pagar supere un porcentaje determinado del sueldo, que sería ahora del 25 por ciento. Todo indica que quien se haría cargo del pago de ese seguro será el tomador del crédito.
Otra posibilidad en estudio es implementar un fondo compensador, el cual se dispararía al igual que en el caso anterior, con el objetivo de que se mantenga estable la relación cuota-ingreso. De esta forma, en el caso de que la inflación se dispare y supere los salarios, el dinero de ese fondo permitirá que la cuota no se vaya por las nubes.
La oposición ya había puesto el ojo en esta problemática que afecta a quienes se embarcaron en los créditos UVA. Es por eso que presentaron un proyecto en el que prevé que la cuota se actualice por el Coeficiente de Variación Salarial o el IPC. En tanto, si es que los sueldos suben un 5 por ciento más que la devaluación, allí las entidades bancarias recibirían una "prima adicional" del 1,5 por ciento de la cuota hasta cubrir ese desfasaje. Lo cierto es que lo que rige actualmente es la chance de extender por un 25 por ciento el plazo del préstamo por medio de una cláusula que establece que si la inflación supera por más de un 10 por ciento la evolución de los sueldos, los bancos están obligados a ofrecer esta posibilidad.
Los créditos UVA comenzaron a desacelerarse con la disparada del dólar, que encareció el precio de las viviendas. Según datos de Credirati en base a información oficial, la colocación de estos hipotecarios cayó más de 51 por ciento interanual en agosto, medida en dólares, y 37 por ciento medida en pesos constantes (descontada la inflación).
De acuerdo al último informe del Banco Nación, entidad que concentró en agosto una participación del 52,4 por ciento sobre los saldos de hipotecarios para viviendas, la caída entre el primer y segundo cuatrimestre del año fue del 40 por ciento. En enero-abril el banco otorgó 21.997 créditos hipotecarios por 29.121 millones de pesos.
Dejar un comentario