Un estudio realizado por el sindicato de docentes enciende las alarmas por desperfectos en las escuelas. Ayer un maestro sufrió una descarga eléctrica en un aula de una escuela especial.
Un relevamiento difundido por el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), sobre más de 2.000 escuelas, advierte sobre el mal estado y los escasos controles del Gobierno en las instalaciones de gas, agua y electricidad de los establecimientos.
La explosión de gas en la Secundaria N° 49 de Moreno, que dejó como saldo la muerte de la vicedirectora Sandra Calamano y del auxiliar Rubén Rodríguez, desencadenó en los últimos días en una fuerte reacción por parte de los docentes por el reclamo de infraestructura, con protestas en diversos establecimientos y el cierre temporal de cientos de colegios. La situación se agravó ayer cuando un maestro de una escuela especial se electrocutó en un aula y debió ser internado.
En este contexto, Suteba difundió una medición en la que advierte que el "61,3 por ciento de las instalaciones de gas no se encuentran en perfecto estado de conservación y funcionamiento", que el 67,1 por ciento de los artefactos no están en buen estado, y que en el 75 por ciento de los casos no se realizan controles sistemáticos sobre este servicio.
Los resultados de la medición, que tomó un muestreo de más de 2.000 escuelas (sobre más de 13.000 de gestión pública), plantea también que en los colegios no se realizan análisis físico-químicos del agua (en 75,1 por ciento de los casos), ni bacteriológicos (en un 69 por ciento); mientras que tampoco se trabaja en la limpieza de los tanques (50,6 por ciento).
Asimismo, subraya problemáticas de control del servicio eléctrico. Detalla que en el 72,2 por ciento de los casos las instalaciones "no se encuentran en perfecto estado", en el 79,2 por ciento "no se realizan comprobaciones preventivas" y en el 57,5 por ciento no se reemplazan artefactos defectuosos.
El relevamiento asegura que existen conflictos en las paredes en siete de cada diez escuelas y desperfectos en techos en tres de cada cuatro establecimientos.
"Estos problemas ponen en riesgo la salud de los alumnos y trabajadores de la educación, por eso es necesario que el Gobierno provincial escuche nuestros reclamos y trabaje para garantizar condiciones dignas de enseñanza", exigió el gremio que lidera Roberto Baradel.
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