Una empleada de una fiscalía de San Fernando fue detenida acusada de robar del depósito judicial al menos ocho armas secuestradas en operativos para luego entregárselas a su pareja.
Los imputados fueron identificados como Pamela Giménez (37), quien trabaja con la categoría de oficial cuarta en el Área Correccional de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de San Fernando, y su pareja -con quien tiene una hija en común-, Matías Horacio Lermee (37).
La investigación se inició el viernes último cuando un informante obtuvo el dato de que ofrecían por Whatsapp armas de fuego robadas del depósito judicial de la fiscalía local.
Pero cuando empezaron a investigar a Lermee como el presunto vendedor de armas, vieron que no tenía vínculos con ninguna fiscal, pero sí con la empleada Giménez, con quien tenía fotos en su Facebook.
En las fotos de las armas que circulaban en el mercado negro entre bandas de delincuentes de zona norte, se ve la numeración de algunas de las pistolas ofrecidas y así se comprobó el hecho.
El fiscal general de San Isidro, John Broyad, conformó un equipo especial de fiscales que incluyó a Alejandro Musso y José Amallo, de la misma UFI de San Fernando donde trabajaba la imputada, pero del Área de Investigaciones Criminales, y otro externo, Patricio Ferrari, de la UFI de San Isidro.
Al haber una funcionaria del Ministerio Público Fiscal implicada, el propio procurador general bonaerense, Julio Conte Grand, monitoreó la investigación.
Tras una serie de tareas investigativas, los fiscales Musso, Amallo y Ferrari realizaron una serie de allanamientos en los que se detuvo a los dos implicados.
Las armas ofrecidas por redes sociales no fueron localizadas, por lo que se cree que ya están vendidas u ocultas en otro sitio que se debe descubrir.
Giménez, quien trabajaba en la fiscalía desde 2010, fue detenida en su domicilio de San Fernando, donde se encontraron otros elementos judiciales, como videos de cámaras de seguridad e hisopados y pericias de Policía Científica que ahora se investiga si son evidencias que comprometían a alguna banda.
Su pareja, Lermee, fue apresada en un domicilio del barrio El Detalle de Tigre. Los voceros indicaron que estuvo preso en dos oportunidades: una en 2005 y otra en 2013, en una causa por encubrimiento de un robo automotor que tramitó en la UFI de San Fernando.
Los fiscales secuestraron los teléfonos de ambos y realizaron la apertura de urgencia de los aparatos.
Si bien habían borrado algunas fotos y chats, los peritos encontraron algún diálogo en el que Giménez le reclamaba a Lermee su parte por la venta de las armas que le había conseguido.
Incluso en la papelera de reciclaje de la galería de imágenes del celular de la empleada judicial, los pesquisas encontraron capturas de pantalla de sitios de venta de armas, con el precio de dos de las pistolas que faltan de la fiscalía.
Ambos imputados fueron indagados ayer por los tres fiscales, se negaron a declarar y quedaron detenidos acusados de "peculado y sustracción de medios de prueba en concurso con provisión de arma de guerra".
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