Según un informe presentado por el diputado Ricardo Vago, 118 distritos superan el límite de 0,05 mg/l de arsénico en el agua. Su ingesta prolongada puede derivar en la enfermedad hidroarsenicismo crónico regional endémico (Hacer).
La calidad del agua de la provincia sigue siendo una preocupación para miles de familias: de acuerdo a últimos estudios, la problemática del arsénico se ha extendido en los últimos años a lo largo del territorio y más del 80 por ciento de los distritos analizados están con parámetros por encima de lo estipulado por el Código Alimentario Argentino (CAA).
A dos años de vencerse un nuevo plazo estipulado por el Gobierno nacional para que las provincias, entre ellas la de Buenos Aires, reduzcan a 0,01 miligramos por litro la presencia del arsénico en el agua y lo adapte a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la situación parece no encontrar una solución.
Será en 2017 cuando la provincia deba ajustar su actual límite de 0,05 mg/l por litro y pasar a 0,01, algo que con los números actuales dejaría a gran parte del territorio por fuera de los márgenes permitidos.
Según un informe que presentó el diputado provincial, Ricardo Vago, sobre un total de 118 distritos, 47 están con valores superiores a 0,05 mg/l, aunque si se toman los parámetros que exige la CAA (0,01 mg/l) estarían en situación de alarma un total de 98 localidades, el 83 por ciento de los analizadas.
En diálogo con la agencia DIB, el legislador socialista contó que los datos fueron entregados por el Organismo de Control de Agua de Buenos Aires (Ocaba), aunque desde esta entidad no lo reconocen de manera oficial.
Desde el Ocaba marcan a algunos distritos con “parámetros comprometidos” en los niveles de arsénico en el agua, un químico tóxico cuya ingesta prolongada puede derivar en una enfermedad grave denominada Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (Hacre).
Frente a este panorama, el diputado solicitó la urgente intervención del Defensor del Pueblo bonaerense ya que considera que la problemática está “invisibilizada y es ignorada” por la mayoría de los vecinos que consumen agua y están siendo afectados.
De hecho, un informe del Consejo Federal de Entidades de Servicios Sanitarios (Cofes), que reúne a empresas públicas y privadas de buena parte de las provincias argentinas, indica que actualmente se estima que alrededor de 4 millones de argentinos, casi el 10 por ciento de la población, se encuentran en situación de riesgo por consumir agua con contenidos de arsénico por encima de lo establecido por la OMS.
Y destaca un dato alarmante: el Hacre en personas expuestas y susceptibles aumenta el riesgo de padecer alteraciones cardíacas, vasculares y neurológicas, lesiones hepáticas, renales y cutáneas, y repercusiones en el aparato respiratorio. Los trastornos característicos son el engrosamiento de la piel de las palmas y plantas, y la aparición de cáncer cutáneo, de pulmón y de laringe.
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