La cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas de octubre comenzó con el foco puesto en la provincia de Buenos Aires, el distrito que, como en cada elección nacional, definirá buena parte del resultado. Con el 37% del padrón nacional, lo que ocurra en suelo bonaerense puede inclinar la balanza entre el oficialismo de Fuerza Patria y la administración libertaria, que busca recuperar terreno tras la derrota del 7 de septiembre.
En esos comicios, Fuerza Patria obtuvo poco más del 47% de los votos en la provincia, una cifra que —extrapolada al resto del país— le aportaría casi 18 puntos a nivel nacional. Ese desempeño, junto con el dominio territorial del peronismo en el conurbano, explica buena parte de la preocupación y las estrategias que hoy despliega el Gobierno. Desde el cambio de José Luis Espert por Diego Santilli al frente de la lista bonaerense, la Casa Rosada confía en mejorar su performance y reducir la ventaja del peronismo en los próximos días.
Dentro de Buenos Aires, el foco está puesto, una vez más, en el Gran Buenos Aires, que concentra el 70% del electorado provincial. En números concretos, de los 13,3 millones de bonaerenses habilitados para votar, casi 10 millones pertenecen a la Primera y Tercera Sección Electoral, donde el peronismo se impuso con comodidad: diez puntos en la Primera y 54% a 28% en la Tercera.
La magnitud del conurbano es tal que, sumadas, Córdoba, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires no alcanzan el volumen de votos de esas dos secciones. Solo La Matanza, el distrito más populoso, tiene un peso similar al de toda la provincia de Entre Ríos. Ese poder territorial explica el papel clave de los intendentes peronistas, que dominan 36 de los 43 municipios de ambas secciones y fueron decisivos en el resultado del 7-S. Con ese antecedente, el oficialismo provincial apuesta a reeditar su fuerza para sostener o ampliar la diferencia en octubre.
La estrategia libertaria, por su parte, apunta a recortar los 13 puntos que los separaron del oficialismo en territorio bonaerense. Los equipos del Gobierno se entusiasman con proyecciones que anticipan triunfos en al menos siete provincias, y con un escenario favorable podrían alcanzar hasta nueve distritos.
En total, el país renovará 127 bancas de diputados nacionales y 24 de senadores, con mandato hasta 2029. La provincia de Buenos Aires, el distrito más grande, elegirá 35 diputados, los mismos que ingresaron al Congreso en 2021.
A nivel nacional, Fuerza Patria es el bloque con más en juego, ya que 46 de sus legisladores finalizan mandato. Le siguen el PRO, con 21 bancas; la UCR, con 11; y Democracia para Siempre, el espacio conducido por Facundo Manes, con 9. Por su parte, La Libertad Avanza arriesga 8 escaños, y Encuentro Federal, 7. Sin embargo, los reacomodamientos políticos en varios distritos —como la alianza entre el PRO y los libertarios o la inclusión de figuras de Encuentro Federal en la lista de Provincias Unidas— obligarán a esperar los resultados para conocer con claridad cómo quedará conformado el Congreso.
Más allá del peso bonaerense, otras provincias serán decisivas. Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos suman el 21% del padrón. En Santa Fe, el oficialismo podría quedarse con un tercio de los votos, pero su desempeño es más débil en Córdoba, donde el electorado se ha mostrado esquivo.
En tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, que representa el 7,1% del electorado, la lista encabezada por Mariano Recalde e Itai Hagman buscará repetir los casi 28 puntos obtenidos por Leandro Santoro en mayo, lo que aportaría cerca de dos puntos al cómputo nacional. Una cifra similar se proyecta para la región de Cuyo (7,3% del padrón).
Por último, los ojos también estarán puestos en las diez provincias del Norte Grande, que reúnen casi el 23% del electorado argentino y suelen definir las tendencias finales en los comicios legislativos.
Con este panorama, todos los caminos conducen a Buenos Aires. La elección de octubre será, una vez más, una batalla decisiva en la provincia que puede determinar no solo el equilibrio de fuerzas en el Congreso, sino también el futuro político inmediato del país.
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