A las 18 cerraron las mesas de votación en todo el país tras una jornada electoral marcada por la baja participación ciudadana y el estreno de la Boleta Única de Papel (BUP), que se utilizó por primera vez en unas elecciones legislativas nacionales. Las principales fuerzas políticas esperan ahora los resultados oficiales, que comenzarán a difundirse a partir de las 21.
En estos comicios se eligieron 24 senadores y 127 diputados nacionales, quienes ocuparán sus bancas en el Congreso a partir del 10 de diciembre. Según la Cámara Nacional Electoral (CNE), la participación fue del 66% del padrón, la más baja desde el retorno de la democracia en 1983.
La cifra sorprendió a todos los espacios políticos y marcó un retroceso respecto de elecciones legislativas anteriores. En 2021, la participación fue del 71,1%, mientras que en 2017 y 2013 alcanzó el 77,6%. El número refleja el desinterés o malestar de un sector del electorado, que se mantuvo al margen de una campaña corta y de tono más moderado que en ocasiones previas.
Aun así, la jornada se desarrolló con normalidad y sin incidentes de relevancia, bajo la supervisión de más de 16 mil establecimientos habilitados en todo el país.
El gran protagonista de la elección fue el nuevo sistema de votación. El debut de la BUP tuvo una recepción positiva entre los votantes y las autoridades de mesa, destacándose la agilidad y simplicidad del procedimiento.
El reemplazo de la tradicional lista sábana fue valorado por su transparencia y por la facilidad para la fiscalización, ya que las boletas fueron entregadas en mano a cada votante, evitando el robo o la sustitución de material electoral.
De todos modos, habrá que esperar al escrutinio para conocer si el nuevo formato provocó un incremento de los votos nulos debido a errores de marcación o dudas sobre su uso.
Más allá del aspecto técnico, la elección constituye el primer test electoral para el gobierno de Javier Milei, que busca consolidar su poder legislativo en un Congreso donde La Libertad Avanza (LLA) aún depende de alianzas con otras fuerzas para aprobar sus principales proyectos.
El oficialismo apostó a captar el voto de los indecisos, que representan aproximadamente un tercio del electorado, con el objetivo de sumar nuevas bancas tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Sin embargo, los sondeos previos anticipaban que, si bien LLA podría “pintar de violeta” varios asientos, no alcanzaría la mayoría necesaria para prescindir de acuerdos con sus aliados.
En el plano opositor, la coalición Fuerza Patria —que nuclea al peronismo en sus distintas vertientes— afronta una elección determinante para evaluar su nivel de recuperación política y proyectar su reestructuración de cara a las presidenciales de 2027.
“Estos resultados serán una radiografía del momento que atraviesa el peronismo y una base sobre la cual volver a construir”, admitieron fuentes del espacio.
Por su parte, Provincias Unidas, el frente integrado por los gobernadores de Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Jujuy y Chubut, debutó como actor nacional con la expectativa de posicionarse como tercera fuerza. Respaldado por sectores anti libertarios y anti kirchneristas, el espacio busca ampliar su presencia política y convertirse en una opción federal con proyección presidencial.
Con las urnas cerradas y los primeros telegramas camino al recuento, el país ingresa en una noche de alta expectativa política. Los resultados no solo definirán la composición del Congreso, sino también el equilibrio de poder con el que Milei afrontará la segunda mitad de su mandato.
En una jornada inédita por su baja participación y por el debut de la Boleta Única de Papel, la democracia argentina abre una nueva página en su historia electoral.
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