Ocurrió el pasado domingo por la tarde cuando el grupo saltó las rejas del templo para robar el Sagrario. Se apunta a reforzar la seguridad en el lugar que tiende a ser víctima de hechos similares.
Un lamentable hecho de inseguridad se suscitó el pasado domingo, cuando un grupo todavía no determinado de vándalos irrumpió en la iglesia Nuestra Señora del Pilar y, luego de saltar las rejas, intentaron robar en el lugar.
Pero lo peor fue que, aparentemente descontentos con no poder haber llevado nada, “defecaron por todos lados" del templo, relató a Pilar de Todos el sacerdote Jorge Rittaco, responsable de la parroquia.
"Esto sucedió luego de la misa de las 11, y la de la tarde. El templo quedó con las rejas puestas, pero las saltaron. Defecaron por todos lados e intentaron robar el sagrario, porque estaba forzado, pero no pudieron abrirlo", contó Rittaco.
"Yo fui uno de los que siempre se opuso a que el templo esté cerrado, con rejas, es un hecho que nos duele y ahora nos debatimos entre cuidar el patrimonio histórico o dejar el templo abierto y que hagan lo que quieran", se lamentó el sacerdote.
Las rejas en el templo habían sido colocadas hace años, justamente para frenar este tipo de situaciones que, por lo que ocurrió ayer, parecen no ser sencillas de frenar. Durante el día, las puertas de ingreso al templo permanecen abiertas, pero no se puede entrar ya que unos metros antes se alza una reja de dos metros de alto, con el que se pretende cuidar el lugar.
Dejar un comentario