Un hecho delictivo sacudió al club derquino Primero de Mayo

  Les robaron los cuatro reflectores de su única cancha de fútbol, al igual que el cableado. Desde la institución aseguraron que la zona es muy insegura y que los robos son recurrentes. El club Primero de Mayo, situado en Presidente Derqui y lindero al arroyo Pinazo, fue protagonista del robo de cuatro reflectores y el cableado que recientemente habían comprado para que los chicos pudiesen entrenar de noche cuando comience la época invernal. La institución deportiva comenzó a funcionar poco más de dos años atrás, gracias a que un grupo de vecinos creó un espacio para que los chicos tuviesen a su alcance la oportunidad de practicar un deporte. “Empezamos con 20 chicos y en la actualidad tenemos 70”, contó Roxana, presidenta del club, en diálogo con Radio Mas.

Estos reflectores los habíamos comprado gracias al aporte de los padres, ya que esta zona es demasiado oscura”

“El sábado entre las 3.30 y las 5.20 de la mañana, nos llevaron los cuatro reflectores con todo el cableado, por ese motivo, ahora estamos a la deriva. Se acerca el invierno y no tenemos luz para que los chicos puedan entrenar. Estos reflectores los habíamos comprado gracias al aporte de los padres, ya que esta zona es demasiado oscura”, señaló. Actualmente, en Primero de Mayo solo se dan clases de fútbol, las cuales dictan los propios padres de los chicos. “Vienen a aportar dos horas de sus vidas para poder contener a los chicos y que no estén en la calle, sabiendo los problemas que hay hoy en día. Todo lo que tenemos es a fuerza de rifas y de los bufetes que hacen los domingos. Todo es colaboración de los padres y de los chicos que salen a vender rifas para comprar todo el material deportivo que se necesita”, contó Roxana. Este no es el primer hecho de inseguridad cercano al club. Si bien Roxana afirma que las patrullas recorren el barrio alrededor de dos o tres veces por día, y que cuentan con la alarma vecinal, que “cada vez que vemos un movimiento raro la hacemos sonar, recientemente el papá de uno de los alumnos fue asaltado y golpeado. La zona es muy insegura”, señaló. “Lo material va y viene, pero el otro día un papá venía cruzando y lo golpearon hasta poder robarle el  celular y las zapatillas. Tenemos un puentecito que conecta con Sol y Verde, por lo que muchos pasan por nuestro barrio para ir a robar. Es un camino rápido para ellos. Los hechos de inseguridad son siempre detrás de nuestra cancha, entre los pastizales siempre salen tres o cuatro que te roban lo poco que tenes”, añadió. Además, “el predio es abierto, no tenemos alambrado. El pasto se corta gracias a los papás que vienen a colaborar, que traen sus cortadoras de pasto o un machete. Cada 15 o 20 días tratamos de hacer una jornada para poder cortarlo, ya que crece muchísimo. Es un peligro”. Por su parte, aseguró haberse acercado a “la delegación municipal para pedir máquinas o que nos corten el pasto. Vienen, lo hacen en la plaza, pero el pastizal que tenemos atrás lo dejan alto. No hemos conseguido nada hasta ahora”, cerró.