Robo a la inmobiliaria: "Teníamos miedo de que se les escapara un tiro”

Así lo expresó Alberto Rodríguez, una de las víctimas del atraco a la inmobiliaria R&R, ocurrido el pasado lunes. Los delincuentes golpearon con saña a los presentes y robaron todo lo que pudieron. En la edición de ayer, Resumen informó acerca de un violento asalto que se suscitó en la inmobiliaria R&R ubicada en la calle Yrigoyen 279, en el predio de Bianea. Alberto Rodríguez, uno de los dueños de la firma, relató los intensos minutos que vivió junto con los presentes. El hecho ocurrió en el mediodía del lunes, cuando Rodríguez y su socio César Rosso atendían a unas personas en el local. En ese momento, un hombre entró a la ofician como un cliente más, y se sentó a hablar por celular. Unos momentos después, otro hombre golpeó la puerta. Cuando Rosso se acercó a recibirlo, el malviviente le apuntó con un arma y, acto seguido, el criminal que hablaba por celular también sacó su arma. El dúo llevó a los siete presentes que se encontraban en el local a la oficina de atrás, mientras los golpeaban con sus armas. Rosso resultó ser el más afectado por los golpes, ya que un culatazo le lastimó el cráneo y debió ser trasladado al Hospital Sanguinetti, mientras que Rodríguez recibió un duro golpe en las costillas. "Teníamos miedo de que se les escapara un tiro mientras nos golpeaban", comentó Rodríguez. Los delincuentes, de unos 25 años, se marcharon con un botín de dinero, celulares y demás artículos de valor que se hallaban en el lugar. Tras obtener todo lo que podían, los malvivientes se retiraron en una Peugeot Partner de color gris. "Se llevaron la plata de los alquileres, que vamos a tener que poner de nuestro bolsillo", especificó Rodríguez. "Habrán sido diez minutos que fueron eternos", aclaró. La víctima desestimó que los delincuentes contaran con información del movimiento de la inmobiliaria, ya que "no atacaron al momento de una transacción grande". Asimismo, no trascendió si la Policía tiene datos que los acerquen a los ladrones, y por el momento sólo se conoce que las únicas cámaras que pudieron filmarlos estaban mal ubicadas, y no ofrecieron una vista legible del rostro de los criminales. Mientras tanto, los dueños de R&R aseguraron que sólo pueden vencer el miedo y volver a abrir las puertas del local para tratar de volver poco a poco a la normalidad.