El viudo de la socióloga, condenado a prisión perpetua por el crimen de su esposa, fue beneficiado con arresto domiciliario tras cumplir 70 años. Pagará una fianza de 1 millón de pesos.
El TOC 6 de San Isidro dispuso que Carlos Carrascosa, condenado a cadena perpetua por el asesinato de su esposa María Marta García Belsunce, goce de arresto domiciliario.
Carrascosa está arrestado hace 5 años en el penal 41 de Campana, donde recibió la noticia de la decisión de los jueces María Angélica Etcheverry, Federico Tuya y Débora Ramírez, que le permitirá abandonar la cárcel.
De esta forma, los jueces hicieron lugar al pedido de la defensa del imputado, compuesta por los abogados Adrián Murcho y Fernando Díaz Cantón, quienes habían solicitado la excarcelación o, en su defecto, la prisión domiciliaria.
Durante los últimos meses, los abogados de Carrascosa realizaron varios intentos para liberar a su cliente, incluso a través de un hábeas corpus. El último fue a mediados de diciembre, cuando se rechazó un pedido de excarcelación planteado luego de que la Corte Suprema ordenara una revisión del fallo que condenó a Carrascosa en 2009 a prisión perpetua.
El principal argumento es que el viudo cumplió los 70 años el 13 de diciembre. A esto se suma su estado de salud, que incluye afecciones cardíacas consecuencia del tabaquismo.
Ahora se espera que Carrascosa abandone el penal de Campana en los próximos días, cuando reúna el millón de pesos que se le exige pagar como fianza, o presente una propiedad como garantía. Una vez fuera de la cárcel, se trasladará al domicilio de un amigo, Héctor Liñeiro, en el country Cube de Escobar, donde deberá utilizar una tobillera electrónica.
El caso
María Marta García Belsunce fue asesinada a los 50 años, el 27 de octubre de 2002. Apareció semisumergida en la bañera de su casa en el country Carmel, en Pilar.
Su marido, Carlos Carrascosa, encontró su cadáver y dispuso limpiar la escena del crimen. La versión de la familia es que se había tratado de un accidente doméstico. Sin embargo, la autopsia reveló 36 días después, que la socióloga había sido asesinada de seis disparos.
La investigación sobre su muerte estuvo cargada de irregularidades, como un certificado de defunción falso, un casquillo de bala desechado en el inodoro y restricción de información entre los familiares de la víctima.
Por el caso fueron condenados Carrascosa como autor del asesinato; y tres familiares, un vecino y un médico por encubrimiento.
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