Pese a tener una denuncia en su contra, la justicia falló a favor del investigado. La madre de la menor, desesperada, exigió ayuda a las autoridades.
Una desconcertante historia tomó estado público durante los últimos días, luego de que Jacqueline Chañy denunciara desesperadamente que la justicia había otorgado la tenencia de su hija de 4 años a su padre, cuando este carga con denuncias por abuso sexual agravado hacia la menor.
El hecho ocurrió el pasado jueves a las 6 de la mañana, cuando un allanamiento sorprendió a Jacqueline y Mía en su vivienda del country Haras del Pilar. Efectivos policiales, junto a un asistente social y una psicóloga, las trasladaron al Juzgado de Familia N° 1 de Pilar “por una supuesta revinculación con el padre”, según relató la madre.
Sin embargo, luego de permanecer seis horas allí, la jueza subrogante Silvina Galeliano dictaminó otorgar la tenencia provisoria al sospechoso, pese a que se encuentra acusado por abuso sexual, en un expediente que se tramita por separado en un fuero penal.
El caso
Todo comenzó en septiembre de 2013, cuando Jacqueline notó un comportamiento extraño en Mía, que por entonces tenía 3 años, pero lo atribuía a su segundo embarazo, con su pareja actual.
Sin embargo, todo cambió cuando descubrió que la zona genital de la niña se encontraba irritada. Con un peluche, la nena dio a entender el ataque sexual, según contó Jacqueline, desolada.
Enseguida, la mujer hizo la denuncia por abuso ante la Unidad Funcional Especializada (UFE) en Violencia de Género de Pilar, a cargo de Carolina Carballido Calatayud. Pero allí empezaron sus desventuras con la justicia.
Pese a que la jueza subrogante del Juzgado de Familia N° 1, Silvina Galeliano, escuchó directamente a la pequeña Mía, jamás citó a declarar al supuesto abusador e, inclusive, aunque en un principio la magistrada tomó medidas preventivas, poco tiempo después dictaminó que no hubo abuso y cerró el expediente.
Según precisó Chañy, entre la extensa lista de irregularidades figura la separación de los dos expedientes, por violencia familiar y sobre régimen de visitas, para poder, por ejemplo, dictaminar la tenencia provisoria a favor del padre de la menor.
Asimismo, señaló que el médico forense Marcelo Rodrigué primero afirmó que la niña presentaba lesiones sexuales, y luego se desdijo. Además, cada vez que la abogada de Chañy intentó consultar el expediente, este fue negado bajo el argumento de que estaba “a despacho”. Trabas que, según la mujer, se deben a la influencia de la familia del acusado en Pilar.
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