Jueves 06 de Noviembre de 2025

“Nadie se suicida en una comisaría”: el reclamo de la hermana de Sofía

Mabel, hermana de Sofía Fernández, celebró la decisión de la Cámara de Apelación y Garantías de San Isidro que revocó los sobreseimientos y ordenó que los diez efectivos implicados en la muerte de la joven sean juzgados.


  • Jueves 06 de Noviembre de 2025
Sofía Fernández

Después de más de dos años y medio de reclamos, marchas y noches sin descanso, la familia de Sofía Fernández siente que su lucha empieza a dar frutos. La Sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro decidió que los diez policías implicados en la muerte de la joven, ocurrida en la comisaría de Presidente Derqui en 2023, sean finalmente llevados a juicio.

La resolución representa un giro trascendental en un expediente que había quedado prácticamente paralizado cuando el juez de Garantías Walter Saettone resolvió el sobreseimiento de nueve de los diez efectivos acusados. Esa decisión, que la familia siempre consideró “una muestra de encubrimiento y complicidad policial”, fue duramente cuestionada por las querellas y apelada ante la Cámara, que ahora revocó lo dispuesto por el magistrado.

“Fuimos con muchos nervios a la audiencia del 7 de octubre, porque sabíamos que era la última oportunidad de revertir una injusticia. Saettone había liberado a los nueve policías sin motivo, dejando solo a uno imputado. A nuestro entender, fue una decisión teñida de intereses. No nos olvidemos de la marcha que organizaron las familias de los policías con carteles que decían ‘Walter te equivocaste’. Esa presión fue evidente y, a partir de ahí, el juez se limitó a protegerlos”, relató Mabel Fernández, hermana de Sofía, en diálogo con Resumen.

El reciente fallo de la Cámara revierte ese panorama. Los jueces consideraron que existen pruebas suficientes para sostener que Sofía no se suicidó, sino que fue víctima de una maniobra violenta que derivó en su muerte, y que esa acción estuvo motivada por odio a la identidad de género. Tres de los agentes serán juzgados por homicidio agravado, mientras que los restantes enfrentarán cargos por encubrimiento agravado y falsificación de documentos públicos.

Entre las pruebas más relevantes se encuentran los informes forenses que descartaron una muerte autoinfligida, las pericias que hallaron ADN de la víctima en un colchón con signos de violencia previa al deceso, y los registros de conversaciones entre los efectivos donde se organizaban para manipular actas y alterar el libro de guardia. También se acreditó la desconexión del sistema de cámaras de seguridad y el borrado de más de 1.300 archivos del celular de Sofía, lo que refuerza la hipótesis de encubrimiento.

“Desde el primer momento dijimos que a Sofía la mataron, que nadie se suicida en una comisaría. Lo repetimos una y otra vez, porque las pruebas siempre estuvieron. Lo que faltaba era la voluntad de verlas. Por suerte, ahora se reconoció lo que venimos gritando desde hace años: a mi hermana la asesinaron por odio a su identidad de género”, expresó Mabel.

La familia y sus allegados mantuvieron una lucha constante, acompañados por organizaciones de derechos humanos y del colectivo LGBTIQ+. Marcharon en Pilar, en San Isidro y en la Ciudad de Buenos Aires, visibilizando un caso que, según denuncian, “no se difundía en los medios con la fuerza que merecía”. “Llegar hasta acá es gracias a la lucha colectiva, al apoyo de quienes levantaron la voz por Sofía. Estos casos muchas veces se esconden o se silencian, pero logramos hacer visible su historia, y eso fue fundamental para lograr este paso”, afirmó.

El fallo de la Cámara fue recibido por la familia como un logro histórico, aunque saben que aún queda un largo camino por recorrer. “Este es un paso enorme hacia la verdad que el juez Saettone quiso evitar. Ahora los diez tienen que responder ante la Justicia. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie. Todos los que participaron, ya sea por acción o por encubrimiento, deben ser juzgados”, insistió Mabel.

Para ella, el caso de su hermana trasciende lo personal y se convierte en una denuncia social más amplia: “La sociedad tiene que tomar conciencia de que, lamentablemente, quienes deberían cuidarnos son muchas veces los que nos hacen daño. No se trata solo de Sofía: son muchos los casos que quedan impunes, muchas familias que no consiguen respuestas. Todas las vidas merecen justicia”.

Con emoción, Mabel recordó a su hermana como una persona alegre y solidaria. “Sofi era una dulzura. Cariñosa, feliz, siempre con una sonrisa para todos. Tenía sueños, proyectos, ganas de vivir. Le arrebataron todo en pocas horas, pero su luz sigue encendida en cada persona que marcha, que comparte su historia, que exige justicia. Ella no está, pero su voz se transformó en fuerza para que esto no vuelva a pasar”.

Para la familia Fernández, el fallo no cierra el dolor, pero renueva la esperanza. Aguardan con expectativa el juicio oral, convencidos de que allí podrán demostrar lo que repiten desde el primer día: Sofía no se suicidó. A Sofía la mataron, y los responsables deben rendir cuentas ante la Justicia.

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