La conmoción que provocó el femicidio de Solange Sanabria en pleno centro de Pilar derivó en una multitudinaria movilización frente a la Fisclía y la Comisaría Pilar Primera, donde decenas de personas se concentraron para exigir justicia y visibilizar una vez más la violencia de género. La convocatoria estuvo encabezada por el Movimiento Socialista de los Trabajadores y el Frente de Mujeres y Disidencias en Lucha, junto a familiares, amigas, vecinas y colectivos feministas que hicieron sentir su reclamo con carteles y pancartas que señalaban directamente al acusado: Oscar Benítez.
La joven, madre de una niña de 5 años, había permanecido desaparecida durante más de 20 días. Su madre intentó denunciar la situación desde el primer momento, pero la comisaría se negó a tomar la denuncia, hecho que hoy es parte central de los reclamos de justicia. La familia recién pudo radicarla el 1° de septiembre, tras varios intentos frustrados de comunicación con Solange.
El cuerpo de la víctima fue hallado días después y reconocido por un tatuaje con el nombre de su padre en el torso, confirmando el desenlace más temido. La noticia provocó un profundo impacto en la comunidad de Pilar y también en General Rodríguez, ciudad natal de la joven, donde había trabajado en un local de comidas rápidas y era conocida por su trato cercano.
En la movilización, los colectivos feministas recordaron que no se trata de un hecho aislado. “Cada femicidio refleja una cadena de omisiones institucionales y la necesidad de una respuesta urgente del Estado”, manifestaron durante la jornada. La vez anterior, la protesta había comenzado en la Fiscalía y se había trasladado hasta la misma comisaría, con el objetivo de repudiar la falta de acción policial en el inicio de la búsqueda.
Amigas y allegadas describieron a Solange como la menor de tres hermanas, muy cercana a su familia y con sueños truncados por la violencia. Su pareja, señalado como el autor del femicidio, permanece acusado y en el centro de todas las exigencias judiciales.
La movilización no solo buscó justicia por un crimen brutal, sino que también puso en evidencia la falta de respuestas oficiales y la fuerza de la organización colectiva en Pilar, donde cada vez más mujeres y disidencias se unen para enfrentar una problemática que golpea sin descanso: la violencia machista.
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