200 agentes pilarenses colaboraron con el caso de Gabriel Barraza, el niño de 6 años que apareció sin vida el sábado en un descampado. La Departamental realizó rastrillajes e indagaciones a los vecinos, en conjunto con los Bomberos. Por los hechos hay un detenido.
Unos 200 agentes de la Jefatura Departamental de Pilar contribuyeron a la investigación sobre el caso de Gabriel Barraza, el niño de 6 años que apareció muerto en Tortuguitas.
A partir de la radicación de la denuncia por “averiguación de paradero” realizada por la madre del niño, la Departamental de Pilar, en conjunto con personal de Bomberos, desplegó un operativo de rastrillaje en el descampado de 20 hectáreas cercano a la casa de la víctima.
Asimismo, el personal policial pilarense recabó información entre los vecinos del barrio, quienes señalaron que habían visto al niño ingresar al lugar de la mano con el sospechoso, y que más tarde solo vieron retirarse a este último.
Seguidamente, los investigadores fueron a la casa del acusado, Marcelo Rusinoff, de 41 años. Allí encontraron una carta que le había escrito a la madre de Gabriel, con quien había mantenido una relación que concluyó hace un mes. Además, los peritos realizaron la prueba de luminol en una casa cercana, donde hallaron rastros de sangre y otros fluidos.
En base a esta información, el fiscal de la causa, Fernando Corda, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 22 de Malvinas Argentinas, dispuso la detención de Rusinoff, quien fue capturado poco después cuando caminaba por la calle, en la localidad de Pablo Nogués.
Rusinoff ya había estado en prisión, con el padre de la víctima (quien aún sigue detenido). Además, mantenía una relación amorosa con la madre de Gabriel, la cual había concluido hace un mes. Por estos motivos, se tiene como posible móvil del crimen la venganza.
El niño de 6 años se encontraba desaparecido desde el viernes. Ese mismo día su madre realizó la denuncia por averiguación de paradero. El sábado por la noche finalmente apareció en un descampado de Tortuguitas, partido de Malvinas Argentinas, a la altura de las calles Triunvirato y Alsina. El cadáver se encontró dentro de un árbol en posición fetal, tapado con vegetación y debajo de una bolsa que contenía un perro muerto.
El cuerpo de Gabriel presentaba signos de haber sido golpeado hasta perder la vida, y también de haber sido abusado sexualmente, además de un fuerte golpe en el cráneo y, según el médico que inspeccionó el cadáver, la muerte se habría producido entre 24 y 48 horas antes de ser encontrado. Una vez realizada la autopsia se podrán saber más detalles sobre el motivo de la muerte.
Al ser hallado, el niño vestía un pantalón negro y en las cercanías se encontró un jean que será peritado para saber si pertenecía al homicida.
La víctima vivía con su madre y su abuelo. Ambos trabajaban todo el día y el solía andar por la calle solo, por lo que no se pudo determinar en qué momento se produjo la desaparición.
Según declaraciones de Rusinoff, la última vez que él vio al niño fue el miércoles por la noche, cuando Gabriel fue a su casa. Su madre fue a buscarlo a la madrugada junto a personal policial. El chico seguía yendo a visitar al acusado luego de la separación, por lo que él lo regresaba a la casa de su familia.
También, según sus declaraciones, al día siguiente el abuelo fue a preguntarle si había visto a Gabriel y él respondió que no. Hoy, fue indagado por el fiscal Corda.
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