El viudo de María Marta García Belsunce había sido absuelto. Ahora, el subprocurador, Juan Ángel de Oliveira, presentó el recurso para que sea la Corte Suprema la que diga la última palabra.
La Procuración General bonaerense resolvió presentar un recurso extraordinario para apelar, por “arbitraria” y por “apartarse de las constancias de la causa”, la resolución que absolvió a Carlos Carrascosa por el crimen de su esposa, la socióloga María Marta García Belsunce.
Así, 16 años después del asesinato, el caso contra el viudo sigue abierto. Y se encamina a los despachos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El efecto inmediato del recurso, presentado el último miércoles 17 de octubre por el subprocurador bonaerense, Juan Ángel de Oliveira, es que la situación de Carrascosa sigue sin ser cosa juzgada. La Suprema Corte provincial tiene que evaluar ahora si habilita que el caso pase a la Corte Suprema de la Nación o si niega el pedido. Si hace esto último, el subprocurador aún puede plantear un recurso de queja para que el Máximo Tribunal del país evalúe si la presentación estuvo bien o mal rechazada. Y para que, a partir de ahí, la Corte decida si cierra de manera definitiva la causa contra Carrascosa o si ordena que el caso sea revisado nuevamente.
En el ojo de la tormenta
La causa contra el viudo de Belsunce comenzó un día después de su asesinato, el 28 de octubre de 2002, cuando el fiscal Diego Molina Pico supo por el llamado de un comisario que una mujer había muerto en el country Carmel de Pilar.
A partir de allí, errores y confusiones entorpecieron el caso, pero finalmente, Carrascosa fue apuntado en primera instancia como encubridor del asesinato.
El tiempo, las pruebas y los testigos, hicieron cambiar la sentencia que había recibido bajo esa carátula, poniéndolo como el asesino, lo cual lo llevaría de una pena de cinco años y medio, a prisión perpetua.
La causa llegó a la Corte Suprema de la Nación, que en noviembre de 2014 le indicó a la Suprema Corte bonaerense que Carrascosa tenía derecho a que la sentencia a perpetua fuera revisada. Pero la Suprema Corte, en lugar de hacerlo, envió el expediente otra vez a Casación para que lo analizara. Allí se integró una nueva Sala con los jueces Víctor Violini, Martín Ordoqui y Daniel Carral, que en su fallo absolvió al viudo tanto por encubrimiento como por homicidio, y el razonamiento apuntó a que los testimonios eran tanto en contra como a favor del acusado.
Por su parte, el fiscal de Casación, Carlos Altuve, para apelar la absolución señaló que era arbitrario “basarse en prueba no incorporada válidamente al proceso” y en “elementos que (el juez) incorporó ilegalmente al proceso”. Por ejemplo, el testimonio de un médico forense vertido en el juicio por encubrimiento.
Su apelación llegó a la Suprema Corte bonaerense que, el 3 de octubre último, la desestimó porque entendió que no estaba probada la “arbitrariedad” de la absolución.
Finalmente, cuando el caso parecía cerrado, el subprocurador Juan Ángel de Oliveira presentó el recurso para que sea la Corte Suprema la que diga la última palabra.
En su escrito, De Oliveira destacó que la resolución de la Suprema Corte fue “arbitraria” porque “omitió decidir sobre las concretas cuestiones” planteadas y porque no expuso “adecuadamente las razones por las cuales los reclamos debían desecharse”. Ahora, habrá que esperar una nueva respuesta si se espera que esta historia tenga un final.
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