Diego, el hermano del periodista, fue asesinado a la salida de un restaurante de Pilar el 20 de noviembre de 2015. Hoy, el imputado Gastón Berganza, se sentó en el banquillo.
A poco más de dos años y tres meses del hecho, en la jornada de hoy comenzó el juicio contra el empresario de 36 años, Gastón Berganza, por el asesinato de Diego Feinmann, medio hermano del reconocido periodista.
Cabe recordar que el lapso entre ese 20 de noviembre de 2015 y el presente, ha estado repleto de cambios, incluyendo la carátula del caso, ya que en un principio Berganza fue imputado por matar en exceso en la legítima defensa, delito con el que el juez de Garantías N° 6 de Pilar, Nicolás Ceballos, le permitió vivir este tiempo en libertad -estuvo tan solo 34 días detenido-; pero ahora la titular de la UFI N° 3 de Pilar, María Inés Domínguez, está convencida de que el acusado no sólo sabía a quién le disparaba, sino que tenía plena intención de matarlo, y en los fundamentos del requerimiento de elevación a juicio del caso le torció el brazo al juez Ceballos y al exceso en la legítima defensa; por lo que al sentarse en el banquillo ante el Tribunal Oral y Criminal N° 5 de San Isidro, se le imputaron dos cargos de homicidio agravado por el uso de arma, uno en grado de tentativa (ante el taxista que llevaba a la víctima).
Noche trágica
El trágico final de Feinmann se dio por una casi enfermiza relación del hermano del periodista con una promotora llamada María Laura Alayón, quien luego de haberlo dejado comenzó una relación con Berganza. Ella lo dejó con denuncias por acoso y una orden de restricción incluida, y él nunca pudo superarlo. Más aún cuando se enteró de que tenía una nueva pareja.
“Feinmann estaba convencido de que, si lograba romper la relación, ella volvería con él”, contaban por entonces allegados a la víctima.
La locura en la que terminó inmerso fue tan profunda que llegó a llamar hasta 30 veces en un día a la empresa de Berganza y creó una cuenta de Twitter falsa, con publicaciones obscenas a nombre de Alayón, donde la presentaba como “prostituta y vividora”.
Aquel 20 de noviembre, Feinmann se enteró dónde iba a cenar la pareja. Llamó a su amigo ruso Vadin Lapenkov y al taxista Iván, que solía trasladarlo.
El destino fue el restaurante Fettuccine Mario, ubicado en Ruta 8 y San Martín, donde Feinmann se lanzó del taxi apenas vio subir al coche al empresario y a Alayón, quien estaba con su hija y su suegra. Como una furia se acercó a la ventanilla del conductor del BMW. “Le pegaba trompadas al vidrio, lo insultaba y le gritaba: 'Bajate, cagón'. Fue cuando se oyó el primer disparo”, dice en el expediente.
Ese disparo dio en el pecho de la víctima, que luego recibiría dos más mientras se alejaba de su asesino, según concluyeron las pericias. Otros dos balazos fueron al taxi y no mataron al taxista de milagro.
Mientras el herido agonizaba, Berganza aprovechaba para escapar de la escena. Unos 15 minutos después el empresario llamó al 911 para contar que lo habían querido asaltar, que le había disparado al sospechoso y que tenía el arma, de la que no tenía el permiso de portación.
Finalmente, Diego Feinmann murió al llegar al Hospital Juan Cirilo Sanguinetti, y la fiscal del caso se pregunta por qué tardó tanto el empresario en avisar de lo sucedido y qué hizo en ese lapso.
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