El pasado 1° de noviembre, entre las 21:30 y las 22:30, un grupo de ocho delincuentes irrumpió en el Club de Campo Lago de Manzanares, ubicado en el partido de Pilar, y asaltó a tres familias dentro del predio. La situación, que se desarrolló con gran violencia, dejó a los habitantes del barrio cerrado en un estado de alarma y desprotección, obligándolos a elevar un urgente reclamo ante la justicia.
En aquella oportunidad los asaltantes llegaron en una camioneta, redujeron al joven que estaba a cargo del control de ingreso y a otro empleado del lugar, a quienes golpearon y mantuvieron cautivos durante más de dos horas en una de las casillas de seguridad. Los delincuentes, armados y violentos, lograron sustraer pertenencias de valor y generaron un ambiente de gran temor en las familias afectadas. A pesar de la magnitud del hecho, hasta el momento no hay detenidos.
Ante esta situación, los habitantes del barrio cerrado presentaron un escrito ante el juez encargado de la quiebra de la empresa desarrolladora del proyecto inmobiliario, exigiendo medidas urgentes para mejorar la seguridad en el predio.
En el escrito, denunciaron que el Club de Campo Lago de Manzanares enfrenta graves problemas de inseguridad debido a la falta de infraestructura adecuada para prevenir delitos. Los vecinos señalaron que el predio de 180 hectáreas no cuenta con cerco perimetral, las calles no tienen iluminación y el barrio carece de personal de seguridad.
Afirmaron en un escrito al que accedió La Nación que “tenemos graves problemas de seguridad. Se trata de 180 hectáreas, un predio demasiado grande para tener control sobre él sin contar con una red de seguridad inteligente, bien estructurada y que resulte eficiente, que exige inversiones astronómicas que no se pueden solventar a través de las expensas; esas inversiones corresponden a la empresa desarrolladora que está en quiebra”.
“Queremos poner de resalto con esta presentación ante el tribunal que los vecinos del Club de Campo Lago de Manzanares no soportamos más esta situación de absoluta inseguridad en la que vivimos sumidos, abandonados a la buena de Dios, en un barrio sin alambrado perimetral, sin personal de seguridad y sin luces en las calles, lo que lo convierte en una auténtica boca de lobo y un apetecible botín para delincuentes”, expresaron los vecinos en el petitorio.
Además, los habitantes solicitaron que se aplique el "procedimiento de venta directa" para que un nuevo desarrollador se haga cargo del proyecto y pueda invertir en las mejoras de seguridad necesarias, las cuales, según sostienen, no pueden financiarse a través de las expensas, ya que la empresa desarrolladora original atraviesa una situación económica comprometida.
La falta de medidas adecuadas de seguridad se ha convertido en una preocupación constante para los residentes, quienes piden a la justicia una respuesta rápida para evitar nuevos episodios de violencia y para garantizar la seguridad de sus hogares y familias. La creciente ola de inseguridad en la zona se suma a la creciente preocupación por el abandono de las inversiones necesarias, lo que ha llevado a los vecinos a cuestionar el futuro del barrio y de los proyectos que aún permanecen inconclusos.
Por el momento, las autoridades continúan investigando el hecho, pero la inquietud de los vecinos sigue en aumento, mientras esperan una pronta solución a la crisis de seguridad que atraviesan.
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