Alberto Mora reveló su versión de los hechos. Su testimonio fue clave para encontrar los restos humanos faltantes de la escena del doble parricidio. “Me pagó con chatarra para que le saque todas las porquerías que tenía en la casa”, dijo.
Continúa esclareciéndose el doble homicidio ocurrido en Manuel Alberti el fin de semana pasado, el caso en el que dos hermanastros que también son amantes están acusados de matar, descuartizar y quemar los cuerpos de sus padres.
El cartonero que se encargó de llevar las bolsas negras al descampado, donde luego se encontraron restos humanos, contó a la prensa su versión de los hechos.
En declaraciones a Canal 26, Alberto Mora, cartonero habitual de la zona de Alberti, dijo que durante la semana anterior a descubierto el crimen él ayudó al ahora acusado de parricidio, Leandro Acosta, a limpiar su casa.
“Me pagó con chatarra para que le saque todas las porquerías que tenía en la casa”, dijo Mora. “Le limpié la casa y tiré toda la mugre, nunca supe que estaban esas cosas en las bolsas negras”, agregó.
Según el testimonio clave del cartonero, el presunto asesino lo paró un día en la esquina de su casa y le pidió para que lo ayudara a sacar varias bolsas de basura. “Me dijo que había diez bolsones de cartón y yo le dije que iba a tirar toda la chatarra que tenía en el carro y volvía”, explicó Mora.
“Cuando volví estaban todos los bolsones ahí en el patio, y durante una semana estuve sacando chapa y chatarra de ahí; me decía que vaya todos los días a las 3 de la tarde porque él a la mañana no estaba”, señaló.
El sábado, el mismo fin de semana en el que se descubrió el sangriento crimen, Acosta le pidió a Mora que hiciera una limpieza. Fue ese día cuando el cartonero terminó trasladando las bolsas al descampado. Las subió a su carro con ayuda de Acosta y de uno de los mellizos de 11 años, su pequeño hermanastro que vivía con él.
“Yo andaba en el carro con mi hija menor, de 13 años, y fui con ella a tirar las bolsas”, contó Mora. “Me dijo que no abra las bolsas porque tenían ratas muertas y engranajes”, relató.
El cartonero, que dice siempre haber trabajado afuera y no haber entrado a la casa, reveló que en un sector del patio había un colchón quemado. El sospechoso de parricidio, de acuerdo a sus palabras, le dijo que solo le dejara un poco de leña “porque yo a la noche como vacuna”.
“Llevé las bolsas al campo y las tiré atrás de un arbolito”, dijo. “Cuando volví el domingo vi toda la tele ahí; el lunes me presenté enseguida a la comisaría”, siguió.
Ambos hermanastros se encuentran detenidos sospechados del asesinato. Karen Klein acusó a su hermanastro de haber cometido el crimen y a ella nomás la obligó a limpiar la escena.
Acosta se negó a declarar ante el fiscal general adjunto de San Isidro, Marcelo Vaiani, quien está a cargo de las investigaciones.
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