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Un hombre fue atacado brutalmente por supuestos sobrinos. A pesar de que se alertó al 911, los efectivos demoraron en acudir al auxilio y no aprehendieron a los maleantes. Habitantes de la zona pretenden elevar las quejas a las autoridades.
El pasado sábado, vecinos del barrio Vicente López se vieron sobresaltados alrededor de las 22:30 al escuchar los gritos de un anciano residente en la calle Catamarca, que recibió una feroz golpiza. El episodio desató una ola de críticas al funcionamiento del 911, que respondió en forma lenta y poco efectiva.
Según informó la vecina Valeria De Rosa, el 18 de abril, el anciano había recibido a unos supuestos sobrinos que eran un hombre y una mujer de entre 25 y 30 años y a una mujer de alrededor de 60.
Fue en la noche del sábado cuando los vecinos oyeron los gritos del anciano que pedía por favor que dejaran de pegarle. Al percatarse del hecho, Valeria De Rosa y otros vecinos llamaron al 911.
El móvil policial llegó una hora después, cerca de las 23, y se encontraron con el hombre y la mujer que agredieron al abuelo, parados frente a la casa del anciano con bolsos llenos de pertenencias de su supuesto tío.
Según los vecinos, a pesar que los efectivos sabían que el dueño de la casa había sido atacado, se limitaron a hacer unas pocas preguntas a los agresores, quienes argumentaron que su tío los había echado, aunque ellos ya se iban y que no había pasado nada.
Ante esta respuesta, la patrulla se retiró del lugar. Minutos más tarde, llegó un remis que la mujer de 60 años había ido a buscar mientras la pareja golpeaba al anciano. Los tres agresores se retiraron del lugar con los objetos del anciano.
Al ver con impotencia la falta de constatación del estado del anciano, los vecinos se volvieron a comunicar con el 911 y fueron atendidos por una mujer que, según denuncia Da Rosa, les dijo con prepotencia que “si estamos viendo todo porque no salíamos nosotros a ver si el vecino estaba bien”.
Ante esta respuesta, Valeria se comunicó con la Comisaría, donde fue atendida con más amabilidad y le prometieron que iban a enviar otra patrulla. Sin embargo, el móvil policial jamás llegó.
Cuando los vecinos se acercaron a ver al anciano, éste se encontraba con algunos golpes serios y la muñeca muy lastimada. El hombre agradeció la preocupación pero pidió que no llamaran a una ambulancia.
“Es lamentable, es triste la pobre capacitación y vocación de servicio que tiene no sólo la gente del 911 sino algunos policías. Me duele no solo ver cómo se abandona a un hombre a su suerte, sino lo solos que estamos, lo abandonados que estamos todos”, expresó Valeria.
Más allá de esto, los vecinos informaron que el abuelo debió recibir asistencia médica en la clínica San Marcos luego de la golpiza y que su casa quedó destrozada. También señalaron que unos “parientes” ya le habían robado garrafas en una ocasión.
Los maleantes se marcharon impunes y nadie sabe con certeza la identidad de los mismos dado que el anciano a veces mencionaba que lo visitaban “familiares”.
Indignación y denuncia
En la sumatoria a sus quejas, el padre de Valeria, Rael Da Rosa -quien vive frente al lugar del asalto- comentó que los vecinos están muy molestos y que pretenden hacer llegar sus quejas a las autoridades correspondientes porque “lo que le pasó a este hombre, le puede pasar a cualquiera de nosotros”.
Además, agregó que "no puede ser que le pidan al vecino que intervenga en el hecho cuando los delincuentes pueden estar armados y se supone que es el trabajo de la policía”.
“Uno se siente desprotegido. Parece que quieren que andemos todos armados y linchemos gente y no es así”, indicó Rael Da Rosa. “Los oficiales no fueron capaces siquiera de bajar del coche y constatar si en verdad tenían relación con el anciano. Ni se preocuparon por saber cómo se encontraban”, amplió.
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