La semana pasada, ladrones se llevaron calefactores. El miércoles, delincuentes derribaron una puerta para entrar a la cocina y sustrajeron cubiertos, platos y procesadoras. El servicio de comedor, al que asisten 200 chicos, quedó suspendido.
Los ataques a escuelas no se detienen. Esta vez le tocó a la Primaria N° 24 de Luis Lagomarsino, que padeció dos robos en una semana y, peor aún, sufrió tres en poco más de un mes.
El último episodio ocurrió el miércoles por la noche, cuando vándalos provocaron serios destrozos e ingresaron a la cocina. Allí, se llevaron -entre varios elementos- cubiertos, platos y procesadoras, situación que obligó a las autoridades escolares a suspender el servicio de comedor, al que asisten 200 chicos.
El edificio está ubicado sobre Ruta 26, a pocas cuadras de la entrada al barrio Santa Teresa y comparte el predio con la Secundaria N° 3. Esa manzana está cercada con un paredón que dificulta la visión desde el exterior, razón por la que se cree que los ladrones actuaron con total impunidad y disponiendo de todo el tiempo posible.
En diálogo con el programa “La Mañana de Resumen” de FM Del Sol (91.5), la directora del establecimiento, Miriam Pintos, contó que “la semana pasada entraron y se llevaron calefactores nuevos que nos habían donado y hace un mes también sufrimos otro robo”. “Sin embargo, el miércoles fue más grave porque ingresaron a la cocina que tiene una puerta reforzada que tiraron abajo. Para nosotros era el lugar más seguro, por eso guardamos algunas netbooks y la bolsa de pelotas. Por supuesto, esos elementos se los llevaron, pero lo más triste es que robaron toda la vajilla, los platos y procesadoras nuevas que usan las cocineras para hacer más rápida la preparación de las comidas”, detalló.
“También rompieron el termotanque, aunque no sé si también con intenciones de llevárselo y faltan los matafuegos”, agregó.
Sin comedor
En el comedor de la escuela almuerzan unos 200 alumnos que hoy se quedaron sin ese servicio. En principio, el Consejo Escolar enviaría mañana viandas, hasta que se pueda reponer lo sustraído.
Según la directora del lugar, después de cada robo, se extremaron las medidas de seguridad, acciones que, por lo visto de poco valieron para amedrentar a los cacos. “Tenemos alarmas colocadas en distintos lugares y están monitoreadas directamente por la policía. Le comentamos esto al tesorero del Consejo Escolar (Darío Pascual), que dijo que se va a encargar personalmente de investigar por qué no llegó el aviso a las autoridades policiales”, remarcó.
“Acá no nos quedamos de brazos cruzados después que sufrimos un hecho delictivo. La comunidad educativa colabora mucho. Estamos continuamente colocando alarmas y rejas en distintos sectores de la escuela, pero lamentablemente no alcanza con todo lo que hagamos, nos roban igual”, se lamentó Pintos.
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