Los robos en Pilar continúan y esta vez, quien ha sido víctima de los delincuentes ha sido la Capilla Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, ubicada en Cornelio Saavedra, entre Ruta 26 y Domingo Matheu, en Manuel Alberti, a la que ya han entrado cuatro veces.
“El primero fue a mitad de diciembre. La Capilla no funciona todos los días, me llamaron cerca del mediodía y me dijeron que habían entrado, eran los chicos de Cáritas. Se habían llevado cosas como la parte de arriba de un ventilador, herramientas y 20 sillas de plástico. Todo lo demás, fue hacer revoltijo y daño. Tiraron todo en el piso, podrían haberse llevado ropa, alimentos, nada. Las puertas, una estaba destrozada”, explicó a Resumen el Padre Juan.
Con este primer robo, la Capilla comenzó a buscar maneras de protegerse de estos ladrones por lo que averiguaron presupuestos para la colocación de rejas. Lamentablemente, los delincuentes ingresaron otras tres veces antes de que este proyecto pudiese llevarse a cabo y los ánimos están, sin dudas, cada vez más decaídos.
“Empezamos a buscar cómo asegurar las puertas, con algún herrero, los ingresos de la Capilla no son enormes, pero vinieron las fiestas y yo me operé, estuve cuatro días internado, después haciendo reposo, no podía manejar y para el 12 o 13 de enero, me llaman que habían vuelto a entrar”, contó.
En esta oportunidad, dijo, se llevaron dos escaleras y “volvieron a hacer revoltijo con los alimentos”. La semana pasada, fueron los últimos dos robos: “fueron el lunes a la madrugada y martes a la madrugada. Dos días seguidos”.
Las denuncias fueron realizadas en cada oportunidad en la Comisaría Pilar 4° de Manuel Alberti, pero al momento no hay información sobre estos ladrones. La Capilla ha seguido adelante con el plan de asegurarse, dentro de las posibilidades, pero lamentan profundamente estos ilícitos en los que, además, se provocan daños malintencionados: “se llevaron cosas, pero ninguna de valor, salvo las sillas y escaleras. Después, era para romper. Había paquetes de fideos, arroz, que estaban rotos en el piso. Son delitos de daño a la Iglesia, porque si tenían hambre se hubiesen llevado la comida o la ropa, pero quedó todo”.
“Estamos en proceso de hacer la reja, de poner alarmas. Esperamos que mientras terminamos de poner las rejas, paren un poco la mano. Una alarma es un costo accesible para la Parroquia, pero como es un terreno grande, en la Ruta 26 no hay luz, a la noche es un festín, todo el mundo es libre de circular como quiera. No hay cámaras”, expresó.
Agregó que, la primera vez, los ladrones ingresaron porque “hicieron un agujero en el alambrado que da a Ruta 26” por lo que estiman estas últimas veces han utilizado el mismo método. “Es un delito de daño, más que nada”, sumó.
El Padre Juan indicó que, si bien esto no ha afectado al funcionamiento de la Iglesia, sí hizo hincapié en el dolor y frustración que sienten ante los hechos que se vienen dando en este último mes, afirmando que “hay molestia en la gente, mucha decepción”. “Seguimos con misas, reuniones, Cáritas sigue trabajando. Es algo feo encontrarse con esto, han entrado a la intimidad de la Capilla para romper, es muy fea la sensación, pero las actividades siguen, no nos han parado. Sí hay malestar, tristeza y enojo”, concluyó.
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