La abogada de la familia Díaz, Lucía Ransenberg, calificó el fallo de “ridículo” e “incomprensible” ya que a lo largo del juicio quedó acreditado que Montenegro era violento. Además, desmiente la existencia de un embarazo de Débora.
La sentencia por el asesinato de Débora Díaz ha generado revuelo en su familia y en la comunidad desde el pasado martes cuando se leyó la resolución de los jueces que no consideraron el caso como un hecho de femicidio y violencia de género. Si bien en el momento no se conocían las razones por las cuales habían tomado esta determinación, durante los últimos días se conocieron finalmente los fundamentos de los letrados y resultan por demás insólitos.
Lucía Ransenberg, abogada de la familia, se hizo presente el pasado viernes en San Isidro para obtener la copia de la sentencia, pero aún no se la entregaron. “Me comunicaron que me la mandarían por mail, pero no ocurrió. Se la enviaron a la doctora Carballido y, a través de ella, pude enterarme de los fundamentos y será la fiscal la que me entregará la copia, porque el juzgado no quiere facilitarme la sentencia”, expresó Ransenberg a Diario Resumen. Asimismo, aseguró que mañana se reunirá con la fiscal Carballido y determinarán los pasos a seguir.
Los magistrados argumentaron que Brian Montenegro (22) “estaba profundamente enamorado” basándose en una pericia psicológica que determinó que solo recordaba parte del hecho por lo cual, si bien no es inimputable, su culpabilidad se hallaba reducida. “Estaba profundamente enamorado de la víctima, a pesar de sus escasos 20 años recientemente le había propuesto unirse en matrimonio. Estaba angustiado por la actitud expulsiva de su amada, intentó dialogar con la misma, pero la afirmación reseñada, en tales términos, mermó su capacidad reflexiva”, justificaron en la sentencia.
Lucía Ransenberg calificó la justificación como “ridícula” ya que, a lo largo del juicio afirmó que quedó acreditado que Montenegro era violento: “si bien cuando pide declarar Montenegro dice que la amaba, eso no es suficiente para fundamentar. Parece un tango, que, porque la amaba, la maté. No tiene sentido. Había dos denuncias por violencia, dos causas por desobediencia a la perimetral”.
Ahora circulan versiones sobre un supuesto embarazo de Débora, del cual se habría enterado Montenegro antes de asesinarla, que sería del hombre con quien ella mantenía una nueva relación. Sin embargo, Ransenberg negó que esto fuese cierto. “Hablan de que está embarazada y de que estaba con otro hombre y lo del embarazo no figura en ninguna de las 600 fojas de la causa, es una falacia, un hecho que no existe”, expresó. En cuanto a la existencia de otra pareja, declaró que “es terrible lo que plantean los jueces, que, porque ella tuviese otra pareja estando separada de Montenegro, esté justificado que la matara. Eso es terrible”.
Además, criticó el planteo de los magistrados sobre los roles en la pareja asegurando que desconocen completamente el funcionamiento de los vínculos. “El planteo de que, como ella era mayor que él, ella tenía el poder sobre él y no él sobre ella, es desconocer lo que son los vínculos en las relaciones de pareja o el contexto en el que esto se desarrollaba”, detalló.
Como ya había planteado la letrada, se buscará apelar a la sentencia que condenó a Montenegro a 22 años de prisión y, en los próximos días, se hará la reserva para comenzar el proceso. “Es desagradable, da una imagen de ‘bueno si ella estaba con otro y vos la acuchillaste porque estabas enamorado, está justificado’. Es muy frustrante. Lo grave es que esto queda como antecedente para otros femicidios y es terrible en un país donde tenemos cada 30 horas la muerte de una mujer a manos de su pareja o ex, es gravísimo”.
“Es incomprensible la manera en la que dictaron el fallo, se sigue avalando la violencia contra la mujer, aunque creíamos era algo superado como el tema de la culpabilidad de la mujer, pero se nota que nuestros magistrados todavía no lo aplican. Hay una visión retrógrada del caso y es muy peligroso que volvamos atrás más de 50 años en el tema”, concluyó Lucía Ransenberg.
El caso
Fue en Villa Astolfi el 21 de febrero del 2016 cerca de las 20, cuando Débora se encontraba junto a sus tres hijos de 11, 5 y 1 año y medio de edad. En ese momento Montenegro, ingresó a la vivienda y comenzó a atacar con un cuchillo a la joven de 28 años.
Se detectaron seis puñaladas: dos en el hemitórax izquierdo, una en la nuca, una en la región dorsal izquierda, una en el cuero cabelludo y otra en la parte alta de la espalda (región escapular derecha).
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